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domingo, 29 de enero de 2017

Comenzó el concurso de agrupaciones en el Gran Teatro.

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"



Al más puro estilo hollywoodiense comenzó el XXXIV Concurso de Agrupaciones del Carnaval Colombino. Desde las 19.30 h una limusina blanca recorría las calles de la capital onubense en dirección a la Punta del Sebo, en su interior toda la corte de estos carnavales encabezadas por las Choqueras Mayor e Infantil Laura Alvarado y María Victoria González; ataviadas con sus trajes oficiales, la Insignia de Oro de esta edición; Blas Miguel Hernández y una corta representación de la Federación con Antonio Hierro, su presidente, capitaneando la comitiva.

Una sesión fotográfica a orillas de la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, a los pies de la Fe descubridora, nuestro popular Colón de toda la vida, salvó el espacio horario hasta que el imponente vehículo partió hacia el centro de la ciudad atravesando sus principales arterias y alcanzar la Gran Vía de Martín Alonso Pinzón, donde realizó una breve parada para recibir a Diego Arenas, nuestro insigne pregonero. Las puertas del Gran Teatro ya se encontraban con un nutrido número de carnavaleros, que iban apareciendo transformando la plaza del Gobernador Alonso y buena parte de la calle Vázquez López en un hervidero que bullía y presagiaba el inicio del concurso.

La limusina se estacionó en las mismas puertas del coliseo onubense, apeándose todo el cortejo ante la perplejidad de los presentes, ya que esta peculiar llegada no había sido anunciada. La puerta principal del teatro con sus puertas abiertas de par en par se encontraba franqueada por una banda azul y blanca, que dividida en cuatro partes mostraba los nombres y la representación dentro de estas carnestolendas del pregonero, las choqueras y la insignia, los mismos que tuvieron el honor de cortarla para inaugurar oficialmente el concurso.

A las 21.30 h. y ya sobre el escenario del Gran Teatro, Vicente Ginés daba la bienvenida a todos los presentes en esta primera noche de preliminares, con un aforo que mostraba un lleno casi absoluto en toda sus dependencias. La Corte ocupando sus dos palcos engalanados para la ocasión y con la presencia en la sala de la comitiva consistorial encabezada por su edil Gabriel Ruiz y la Concejal de Cultura Elena Tobar. Fueron presentados, valga la redundancia, los presentadores que anunciarán noche a noche a las distintas agrupaciones en su paso por el teatro; el propio Vicente Ginés, Sara Reina, Kiko Salas, Gema Barrera, Juan Francisco Quintero, Almudena Caballero, Francisco González, Rocío Orta, y Blas Miguel Hernández, que con el público en pie entonaron el himno oficioso del Carnaval Colombino “La Punta el Sebo levanta” acompañado por la megafonía, quedando abierto esta trigésima cuarta edición del concurso de coplas carnavalescas.

La primera de las intervenciones fue para la murga de Beas “Si lo sé… no subo”, una agrupación que sonó diferente a como la recordaba en su última participación de 2015. La idea del tipo no es mala, famosos elegidos del mundo de la canción ya desaparecidos; Nino Bravo, Machín, Rocío Jurado, Lola Flores, Paco Toronjo… todos ellos reunidos en un rincón del cielo, aunque ya haya sido tocada en este concurso, mas no en esta modalidad. Supieron darle el punto caricaturesco al asunto, aunque lamentablemente con expresiones al uso que en su reiteración poco o nada agradan al público onubense. En sus letras nos transmitieron el sentir de estos beasinos con este concurso y lo que supuso faltar un año y también con emotividad cantaron a la entrañable figura de los abuelos. Quizás el abrir telón les pasó factura, aunque no obstante el público se divirtió con ellos.

La primera de las comparsas nos llegó desde Mairena del Alcor, dejando claro con su puesta en escena e intervención que su pase a la finalísima de la pasada edición no fue una casualidad. Se nota cuando un grupo viene bien trabajado. Espectacular escenografía elaborada por ellos mismos que nos transportan a un mundo mágico, una especie de duendecillos del bosque que se denominan así mismos Los optimísticos” por su manera de afrontar la vida, repartiendo alegría y esperanza. El colorido de su decorado y de sus atuendos, van parejo a la alegre armonía y al ritmo de su presentación y popurrí, en el que nos hacen vivir el nacimiento de uno de ellos y como se le alecciona para la vida y donde incluyen una importante variedad de instrumentos convirtiendo su actuación en todo un musical. Bonito pasodoble musicalmente hablando, cargando su tinta con temas sociales. En sus cuplés que arrancan con pitos al son del himno de la alegría, consiguen arrancar risas y sonrisas aunque se aprecia mucha linealidad entre este y el estribillo. Habrá a quienes no les termine de convencer la concepción de una comparsa con un corte de musical, y ya por experiencia hemos tenido algunos en este concurso que aun gustando no alcanzaron los puestos merecidos, pero como dice nuestro pregonero…para gusto los colores. 

La peña de “La Colombina” de la capital hizo su aparición antes del descanso. Curioso tipo contrapuesto con la más antigua peña en activo de nuestro carnaval, que han tenido a bien de presentarse como principiantes nerviosos, pero que muy nerviosos. El tipo lo han plasmado utilizando todos los personajes que aparecen en el actual cartel anunciador del Carnaval Colombino, otorgando el papel principal al Capitán Garfio que aparece en la proa de la “Carabela de la risa”. ¿Esta es mi Colombina? Era la pregunta que muchos se hicieron anoche, cuando la murga “Inseguramente por primera vez” irrumpió sobre el escenario del Gran Teatro. Una divertida y bien cantada agrupación que nos hizo disfrutar de principio a fin golpe tras golpe, con buenas letras y una música de pasodoble muy bien llevada con una bajada mecida de auténtico caramelo, un pasodoble de los que se quedan en la memoria. Se nota la mano “insistente” de su director José Manuel Avilés, lo mismo que se reconoce, aunque lleve antifaz, la chispa de Pepe Alvarado, tanto en su labor de showman en escena como lo que sin duda ha aportado al repertorio. De destacar el segundo cuplé en su interactuación con el público. Al loro con “La Colombina”.


En el descanso, volvió a convertirse la carpa de Paty en el epicentro de todos los encuentros y comentarios de lo vivido en la primera parte y de lo mucho que aún queda por vivir de este concurso que acaba de echar a andar, con muy buenas sensaciones en general.

Huelva volvió a escena encarnada por la comparsa "Los ilegales" de la peña “El Farol”, que con un tipo desenvuelto y dicharachero trasladaron la escena de una agrupación callejera a las tablas del teatro, con los ritmos movidos y festeros de su presentación. En sus pasodobles, compuestos bajo la peculiar apuesta de su creador, en el que se intercalan bajadas y silencios, nos hablaron del concurso y el sueño de volver a cantar en febrero pero reivindicando la participación callejera. La figura de la abuela tomó protagonismo en el segundo de sus pasodobles, centrado en la soledad de todo un año y la excepcional alegría de una Navidad que la retorna a la vida por estar nuevamente rodeada de los suyos. El cambio rítmico del cuplé contribuye a la presentación y desarrollo de cada uno de ellos y su desenlace final, muy conseguido, pero sin lugar a dudas la pieza más destacada es su estribillo; “Niña ponte el disfraz que llegó febrerillo y en las calles de Huelva ya llueven papelillos. Ven a disfrutar de nuestros carnavales, ponte dos coloretes y a la cabalgata con los ilegales”. A buen seguro será entonado en las calles de Huelva en este y en sucesivos carnavales, sencillamente genial. El popurrí es un resumen de los carnavales de Huelva, los de antaño, los prohibidos y el resurgir de la fiesta allá por los primeros años de los ochenta, donde se citan algunas de las primeras peñas que tomaron vida en el renacer de la fiesta; la calle, el “Choco”, el concurso… y la pérdida progresiva de la esencia de las carnestolendas en la ciudad del Tinto y el Odiel, todo un grito, un reclamo perfectamente descrito y transmitido en las letras Calixto Pérez del que me enamora su bolero. Nuestro Carnaval lo parió la calle y estos ilegales lo quieren hacer renacer.

Para concluir con esta primera noche recibimos a la murga “Los aprovechaos”, con un tipo de cerdos vestidos a la usanza de Espinete y don Pinpón, que llegaba por segundo año consecutivo desde la ciudad hermana de Sevilla. Un grupo que en sus letras llevan buenos golpes pero que no transmiten lo que debieran, explícitamente debido a que el disfraz escogido, aunque vistoso les tapa totalmente la cabeza. Esto a parte de resultar un riesgo innecesario para su propia acústica, oculta el gesto y la expresión facial, una de las principales armas de una agrupación para conectar con el público y transmitirles cualquier tipo de sentimientos. Pasodoble clásico, “picaito” y bien llevado, de los que gustan de escuchar, siendo de destacar el dedicado al abandono animal. En líneas generales es un buen grupo pero resulta inanimado aun yendo de animales.

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