lunes, 27 de octubre de 2008

1902-LA PANDERETA (Cuento de Carnaval)


Dejad que brinde, dejad que ría, dejad que me estremezca de contento en manos de la Locura. Soy el símbolo de la alegría. Mis cascabeles suenan como una carcajada de oro. Sin mi el Carnaval sería una fiesta muda, una procesión de fantasmas disparatados. Pero llego yo y las calles se llenan de regocijo, se abren los balcones, se alborozan las caras sonrosadas de las hermosas.

Soy el heraldo de la primavera. Tras mi retornan a sus nidos abandonados las revoltosas golondrinas; tras mi florecen los prados, y se esparcen por la atmósfera los perfumes de las primeras corolas, con tímidas bocas virginales; tras mi los pechos se ensanchan, se hinchan de savia, desbordan bajo los besos del sol de Marzo, como bajo una caricia de amante; tras mi concluyen las noches inmensurables y tristes, y principian los días iluminados y fecundantes.

Dejad que brinde, dejad que ría, dejad que demuestre mi gozo tocando el himno de resurrección de la Naturaleza aletargada. Quizás mi vida no es muy larga. Voy saltando entre los juguetones dedos de nieve de una linda muchacha. Entramos en un baile, se nos acerca un estudiante, danzamos un vals, nos sentamos a una mesa, corre el vino, chispea la pasión, estallan besos, cruje la tela que viste el delicioso cuerpo de mi ama, se apagan las luces...yo ruedo, rota por el suelo.

¿Que ocurre?

Es el Carnaval que acaba, es la dicha que huye, es la ilusión que se rompe, a par que con mi sonora piel, con la frágil seda del vestido de mi dueña.



José Siles.


Fuente: HERALDO DE HUELVA/ Año II-núm. 59 / Miércoles 18 de Junio de 1.902

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