sábado, 24 de julio de 2010

2008-Pregón de D. Manuel Fernández (Texto II)

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"


PRESENTACIÓN

Suena la música de una presentación:


"Cuando Febrero... ya suena
todas las calles... se llenan
de papelillos que al aire vuelan..."



Este es el inicio de la presentación de la comparsa "De calle" (1996), de Carlos Díaz.
Si Febrero tiene esa magia, la magia de teñir de colores el grisáceo tono invernal de nuestras calles, a los adoquines plateados de la Gran Vía le sale un sarpullido multicolor: rojo, amarillo, azul, verde, y se vuelve su cara pecosamente festiva. Y entre los arcos de sus soportales retumban risas, redobles, guitarras y bombos.

La libertad en Febrero anda por nuestras calles como Mateo por su casa, durante una semana podemos ser lo que alguna vez soñamos ser o simplemente lo que nos da la gana de ser, capitán de navío, payaso, enfermera, pitufo, arlequín, bruja y permite sacar a más de uno la mujer que dicen que todos llevamos dentro, claro está, unos mas a flor de piel que otros.

Libertad con una sonrisa grande, de oreja a oreja, libertad con ritmo de tres por cuatro, libertad para cantarle a lo injusto, a tu tierra, a la choquera, para sacarle punta con el sacapuntas afilado y mordaz de la palabra a los acontecimientos locales y nacionales.
Es una fiesta social. El carnaval nos iguala con su risa universal, en definitiva libertad para ser y dejar de ser.

Como dijo D. Javier Rodríguez Pequeño, en su artículo "Poética del realismo grotesco", el carnaval en el Diablo Cojuelo "El carnaval es un tiempo de locura, una locura consciente y que actúa como portavoz de la otra verdad, de la otra cultura, del otro mundo, lo que supone una renuncia del mundo oficial y de sus valores, de su verdad, de su seriedad y de su organización social, para aniquilarlo y proponer otra verdad, la no oficial, la festiva y popular que nos lleva a un orden diferente"

Hay que subirse a un escenario para expresar libremente lo que uno siente. Son veinticinco minutos sin más censura que la educación y el buen gusto, ideas, pensamientos, opiniones lanzados al patio de butacas, que pueden volver en forma de aplausos o de silencios. Pero no se puede dejar pasar esa tribuna que es el escenario, para que el pueblo diga lo que piensa, lo que siente o simplemente proteste y exprese esa otra verdad de la que habla D. Javier Rodríguez.

He escrito pasodobles que han sido controvertidos, unos más que otros. Las letras siempre llevan, lógicamente, impregnadas gran parte de la forma de pensar del autor.
Uno de los últimos sonaba más o menos así: "Madre, hoy por la calleja..."

Se escucha una voz que dice: ¿Por qué no te callas?

¡Huy lo que me ha dicho ¡

Eso sonaba más o menos así:  (Empieza a cantar la comparsa) Rojo (EL orfanato, 1999)

Un año después, en 1984, un uno de marzo fue cuando daría comienzo nuestro concurso, "Diálogos de Apolo, el Indio, Colón y un Fraile Criticón”, de la peña Los Mojarras, con letras de Miguel Barba y música de la agrupación abrió el telón.
Los Mojarras: Miguel, Pepe, Rafael y Jesús, que fueron la escuela de los cuartetos onubenses

Por aquel entonces “La Cana” esa peliaguda y blanquecina chivata del paso inexorable del tiempo, aún no había hecho presencia en nuestras cabezas, como diría Marta Sánchez era la desconocida, para la inmensa mayoría de nosotros. Nuestras cabezas estaban en otra cosa, se respiraba carnaval, se pensaba en carnaval, hasta se soñaba con el carnaval. Muchos éramos seguramente para nuestras parejas aburridamente monotemáticos.

Un concurso de agrupaciones, que con el tiempo fue madurando y creciendo, convirtiéndose en lo que es hoy, uno de los mejores de Andalucía. Pero para ello, ha hecho falta el esfuerzo, la perseverancia y como no, la producción creativa de muchos carnavaleros aquí presente y otros que ya no están con nosotros, como Pedro Rodríguez, Francisco Redondo...
Nuestro concurso ha sido itinerante, a veces deportivo encestando carcajadas, en aquel año de 1987 en el polideportivo Andrés Estrada, ha sido cinematográfico, el Cine Rábida y el Palacio del cine, acogían el concurso de 1988-89. También, fue torero en el albero de nuestra Plaza de la Merced, se capeaban verónicas de fantasía por pasodoble y chicuelinas cupleteras, con ese quite jocoso, que solo da el carnaval y gracias a Dios, a ninguno nos cortaron las orejas ni el rabo, en aquel carnaval de 1990.


Hemos tenido apagones de luz, en plena actuación. El cuarteto, "La huerta de Curro Jiménez", subió un burro al escenario, con el animal un poco reacio a ser cuartetero y hasta empates que ni Raphel, ni la bruja Lola, se atreverían a vaticinar, en 1992 empataron cuatro comparsas a 104 puntos.

El concurso era un hervidero de emociones, sentimientos, muchos nervios, se vivía tanto en carnaval, que entre nosotros mismo, podía el fanatismo de nuestra agrupación, que nos llevaba a veces, a encuentros dialécticos poco recomendables.

En aquellos años de nuestros comienzos, éramos como aquel niño pequeño que llorando buscaba a su madre. Le iba diciendo a todo el que le preguntaba, que era la mujer más guapa del mundo, la policía buscaba a esa mujer, todo el mundo la buscaba, pero nadie la encontró. Cuando el niño se abraza de pronto a una mujer, ¡mamá, mamá ¡ la mujer era poco agraciada, vamos más bien fea. Pero para él la más guapa del mundo.
Pues algo así nos pasaba a nosotros, lo nuestro, fuera como fuera, era lo mejor. No sé si sería la juventud, la velocidad en la sangre, o quizás aquello que decía Concha Velasco de “Mamá quiero ser artista, mamá ser protagonista”.

Fueron años de sonrisas y lagrimas, de alguna silla voladora, pero bueno hoy por hoy ambas cosas parece que han cambiado y la óptica que tenemos también. Por lo menos en los que ya somos cuarentones. El ambigú, era como un programa de los del corazón, pero con temática carnavalera, con muchos tertulianos, se comentaba una letra, un disfraz, se destripaba un tipo, que si tal que si cual pero eso si siempre en una mano el bocadillo y en la otra el refresco o la cervecita.
Después llego la carpa de nuestro amigo El Pati que en palabras de José Quintero (Gerente del ambigú) decía “La carpa está acabando con la tertulia del ambigú”. No se imaginaba Don José que nosotros tendríamos palique, pico, labia, verba, parla, facundia para el ambigú y para la carpa; bueno lo que si se le enfriaría un poco seria el bolsillo con la competencia.

El carnaval de Huelva nació peñista por excelencia, era raro que por aquellos años no hubiera una peña casi en cada barrio de Huelva. La primera peña que se funda en Huelva capital es la de "El choco contaminao", 18 de noviembre de 1984.

Después vendrían muchas más, La Mascara, Enrique Villegas, El Boquerón, La Noria, Los conejos , Playa  la Gilda, La Algarabía, Los Cartonudos, Los Ventaneros, La Colombina, El baratillo, Las Matildes, Los catorce y medio, Independiente, El nuevo Higueral, Los Tartajésicos, Los Peques, Los Mosquitos Ronchones, El pito caducao´92, Los Mañaneros, etc., etc.
Las peñas fueron, en los comienzos de este carnaval, como células madres, generaban carnaval. Eran talleres de costura, lugar de ensayo, rincón de esparcimiento, salón de celebraciones, y cuando digo celebraciones, no solo me refiero a un cumpleaños o bautizo, allí tras una final lo mismo nos comíamos una tarta entre risas, que una tarta entre lágrimas, porque claro, el gasto ya estaba hecho.
La amistad, el entusiasmo y la camaradería lo inundaban todo, éramos como decían los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno. Allí lo mismo se hacia el contraalto, que se servía una cerveza, se arreglaba un enchufe, se levantaba un tabique o se encalaba una fachada.

Pero, todo esto que se estaba montando necesitaba una organización. Tras la comisión del Carnaval presidida por a Diego Beltrán Mojarro.

En 1984 nace la Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval (FOPAC), que será la encargada de organizar y dirigir el Carnaval Colombino con su primer presidente, D. Roque Rodríguez Contreras, después vendrían otros y otras, , José Manuel Muiño, Luis Díaz Escobar, Juan López Cerezo, Mari González ,José Antonio Enamorado, Emilio Gutiérrez y Juan Antonio Quintero.


En 1992, llega el carnaval del V Centenario, también me tocó a mí pregonarlo, claro esta vez a golpe de óleo, sobre lienzo. Con aquel cartel que serviría de tipo para mi siguiente comparsa. Ese año, comenzamos a ser concurso provincial y nuestro concurso, se engrandeció con la visita de nuestra provincia, que acudiría, año tras año, puntualmente a su cita en el Gran teatro: Punta Umbría, Gibraleón, Niebla, Valverde del Camino, Bollullos Par del Condado, San Juan del Puerto, Calañas, Isla Cristina, Ayamonte, Aracena, Lepe, Rio tinto, Cortegana...
En el año 2000, surgieron muchos rumores de caos y catástrofes económicas en el mundo entero, era el llamado Efecto 2000. ¿Recuerdan el efecto 2000?. Si, ese que iba a acabar con la civilización. Pues bien nosotros “El Carnaval Colombino” también tuvo su efecto dos mil, si, su golpe de efecto, abrimos las puertas después de ocho años de provincial, a toda Andalucía.
A partir de ese momento, nos han visitado agrupaciones de Alcalá de Guadaira, Cádiz, Trebujena, Dos Hermanas, Sevilla Jerez, Córdoba, Málaga, Loja, Coria del rio, El Puerto de Santa María...
Y por fin en el 2005, llego la Televisión y retransmitió la final del concurso de agrupaciones. Estábamos como un niño con zapatos nuevos (claro un niño de los de antes). Pero fue una y no más, Santo Tomás, como dijo Humphrey Bogart en Casablanca…siempre nos quedará…. ¡la radio¡

La radio de Canal sur, Radio Hispanidad y las televisiones locales, y como no, la prensa escrita, que desde nuestros comienzos ha estado ahí, difundiendo nuestro carnaval.

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