Mostrando entradas con la etiqueta Revista Oficial 1994. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revista Oficial 1994. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Preguntamos a Roque Rodríguez Contreras"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Sometemos a interrogatorio en este ventanal de la revista de Carnaval que la FOPAC edita todos los años a un hombre onubo-isleño.

Por fuerza y tradición, por la raigambre que su tierra tiene, es un nato carnavalero. Lo da el lugar donde fue bautizado. La luz, el color, el arte y el embrujo que Isla Cristina posee lo demuestra por todos lados nuestro entrevistado.

En Huelva tiene sus “fans” y sus no “fans”. Su peculiar estilo carnavalero ha dado a veces mucho que hablar, unos para aplaudirle, otros para censurarlo, pero él sintiéndose ácrata ha permanecido siempre en su línea. Presidente fundacional de la Federación en el resurgir de las carnestolendas de Huelva, presidente de la peña La Máscara desde su creación y director de la agrupación que su peña presenta todos los años a concurso, demuestra a grandes rasgos su tremenda afición por la fiesta de la máscara y el disfraz.

Mirando hacia atrás ¿Cuál es tu valoración del Carnaval de Huelva?

Ante todo me da mucha alegría el hecho de que este fenómeno choquero vaya a cumplir once años. Y digo esto, porque en muchos momentos lo hemos visto tambalearse entre la apatía y el desencanto, unas veces porque hemos querido correr demasiado, otras porque estamos alucinados con otros carnavales de otros sitios y hemos caído en el error de las comparaciones, y en definitiva porque todos los comienzos son duros y el Carnaval no iba a ser una excepción.

Sin lugar a dudas hemos alcanzado bastante y desde aquel primer desfile casi improvisado en 1983, en el cual se volcaron de manera desbordante las asociaciones de vecinos, colegios, centros sociales, etc…ya ha llovido bastante. Tampoco puedo ni debo olvidarme de aquellos pioneros de agrupaciones musicales y cuartetos, como fueron los inolvidables Pintores, Colones, Payasos, Dormilones, Guerreros, Gaviotas y otros muchos que dejaron una profunda huella y ese grato recuerdo aún subsiste en el corazón de todos los onubenses y de todas las personas que amamos Huelva.

Por todo esto mi votación tiene que ser positiva, positiva y esperanzadora, porque sé que aquí tenemos los medios y las personas para hacer de este un gran Carnaval y llegar tan lejos como queramos, sin tener que depender de nada ni de nadie, porque hemos comprobado después de diez años que nadie es imprescindible cuando la ilusión es grande.

Tú fuiste presidente y fundador de la FOPAC desde el año 1985 al 1987, aproximadamente ¿Cómo ves tú a los dirigentes actuales?

Estas personas que están ahí, porque nosotros los carnavaleros los hemos elegidos, merecen para mí el mayor de los respetos, porque son, como yo los defino, “las personas que ponen la cara para que les den las bofetadas”. Como tú bien dices, yo fui presidente de la FOPAC aproximadamente durante tres años, y he compartido con algunos de los miembros actuales y otros que ya se apartaron de los carnavales (o como en el caso mío, nos hemos dedicado de pleno a nuestros grupos y nuestras peñas). Es verdaderamente digno de todo encomio organizar un mogollón de esta índole, por eso me pongo un pco en la piel de ellos y sufro cuando son injustamente criticados por aquellas personas que pensamos (incluyámonos todos) que estamos en posesión de la verdad. Son humanos, se equivocan, a veces más de la cuenta, pero hay que apoyarles porque detrás del fallo hay una persona, y eso merece un respeto. Yo creo y confío en ellos, y si ellos creen que pueden aprovechar mis experiencias personales, que sepan que pueden contar conmigo, pero que entiendan también que si se equivocan, yo les voy a apoyar, no a disculpar. Quiero dejar claro que para organizar a un colectivo, llámese Carnaval o como quiera que se llame, no es imprescindible ser un experto en la materia, pero sí tener iniciativas, las ideas claras y creerse sobre todo muy por encima de los imponderables.

Escuetamente ¿Qué opinas del concurso provincial?

Pienso que es fundamental para sopesar el auténtico alcance del Carnaval de Huelva y provincia. En el momento que se corrija esa falta de diálogo y esos malentendidos que existen en estos momentos, tendremos el auténtico peso específico de nuestros carnavales. En la actualidad esta es la gran duda y la pregunta de todos los carnavaleros ¿A qué nivel estamos y hasta donde podemos llegar? Sé que se están haciendo grandes esfuerzos para unir a toda la familia carnavalera de la provincia, espero de verdad que esto de sus frutos y eliminemos de una vez por todas el Carnaval DESCAFEINADO que es en realidad el actual concurso provincial.

Para finalizar ¿Se te queda algo en el tintero?

Sí, la verdad es que sí, se me quedan muchas cosas, pero mi tintero que es el alma que alimenta a mi pluma carnavalera, con la cual año tras año voy dejando mis ilusiones y sentimientos sobre unas cuartetas, no son ni más ni menos, que el paso de una página ,más de mi propia vida. Espero que mi tintero tenga tanta tinta, como yo sentimientos por contar y proclamar.

¡GRACIAS CARNAVAL!

P. Are

Nota: Roque Rodríguez Contreras fue presidente fundacional desde la creación de la FOPAC el 10 de noviembre de 1984 y hasta que se constituyó la primera junta directiva elegida tras la finalización del Carnaval de 1985, de cara a afrontar el primer Carnaval regido por la Federación, el de 1986, cuyo presidente fue Manuel Muíño Morales.

domingo, 16 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Recuerdo del comienzo. Saludo al Carnaval recuperado"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

…dejamos constancia de que he sido testigo del valor, de la entrega, del enorme esfuerzo que, vosotros, los organizadores habéis realizado. A todos ellos y a los grupos y peñas, en ti Juanjo, en ti, Oliva, y en ti Diego, como cabezas visibles y conocidas, gracias, en nombre de Huelva por una labor de muchas horas, resolviendo problemas, inventando cosas, buscando recursos, sufriendo los inevitables sofocos y con los nervios lógicos que produce la inquietud por “¿Cómo saldrá todo?”, “¿Cómo responderá la gente?”.

Ya lo estáis viendo; aquí están nuestras gentes de Huelva, fieles a la llamada del Carnaval.

RECUERDO AL CARNAVAL DE ANTAÑO

El Carnaval, en el fondo, lo sienten hasta sus detractores. Es como la antítesis de la hipocresía. Todos sabemos que, en más de una ocasión, nos toca decir lo que no pensamos, o hacer ocultación de nuestras más íntimas y naturales consecuencias biológicas. Hay que ser valientes y reconocer que vamos por la vida sujetos a unas leyes que respetamos dentro de la comunidad, porque, a veces, nos caen gordas. Y quizá, en la mascarada está la verdad de cada ser. Yo no sabría decir si en Carnaval nos ponemos una máscara o nos quitamos la de andar por el mundo de cada día. Hay que asumir nuestra realidad, con sus virtudes; que, el Don Perfecto, es un mito. Y… ¿Cómo eran los Carnavales de Huelva?... 

Para esbozarlos, simplemente, he realizado un grato viaje por el mundo de los recuerdos, que otros atesoran, siempre prestos a ofrecérnoslos. He buscado a nuestros hombres mayores y he encontrado un maravilloso archivo de cosas de Huelva. No cabría en este tiempo para pregonar. Son muchos años los que reposan polvorientos bajo el largo período del silencio impuesto.

Huelva ha tenido gran tradición de Carnaval en sus calles. La gracia especial de nuestras gentes hizo posible, sobre todo, el corretear incesante de murgas, chirigotas y disfraces individuales o en grupos, que repartían generosamente el alboroto de las fiestas, por el, entonces pequeñito paisaje urbano, casi familiar, donde, quizás porque todos se conocían, los encuentros entre las máscaras tenían el sonsonete bullanguero del “¿A que no me conoces?”. Y, entretanto, con la chacota a flor de piel, el “Plumero”, esa varita mágica de la alegría, rematada por cintas de colores, azotaba inocentemente, casi en caricia picaresca e incesante, al sufrido adivinador de la identidad del disfraz.

Huelva no ha tenido mucha entidad en el Carnaval organizado, ni tampoco ha sido tradicional entre aquellos cuarenta o cincuenta mil paisanos de otros tiempos, el Entierro de la Sardina, o la suntuosa o rítmica Cabalgata. Entre nosotros la fiesta tenía un devenir de disfraces, salpicados del sabor y buen humor de las murgas que, en cada esquina, instalaban tribunas para un Parlamento del Pueblo, en el que criticar al Ayuntamiento, a los políticos conocidos y contar siempre en broma pequeños sucesos de la vida cotidiana.

Era el auténtico Carnaval de calle, sin organización preconcebida, en el que no había actores ni espectadores, sino una fusión común, un acuerdo tácito de que la broma era la reina por unos días y era obligado darla y recibirla, donde el pacto era evidente: divertirse y que se diviertan los demás sin complejos, olvidando todo lo que pudiera menoscabar la alegría.

Eran los tiempo de la murga del Chocolate, aquél onubense célebre en Las colonias. Apadrinó una boda y como los coches de caballo, taxis únicos de la época, no estaban a su alcance, alquiló 25 carros, y, en ellos, embarcó a los novios y al séquito de acompañantes desde el barrio hasta la Iglesia de la Merced…¡Y no era Carnaval!.

El barrio de San Sebastián se reía a mandíbula batiente, entonces, con las ocurrencias de la murga de Rancarreja. San Sebastián ha sido siempre el barrio testigo de bellas páginas familiares de nuestra historia, y en la calle. Rancarreja era el número uno cuando llegaba el Carnaval. Y muchos otros nombres colgando del florida penacho de aquellas entrañables murgas; la de El Fonda, la de El Piosa, la de Pinchauvas…

El Matadero era otra zona típica en los días carnavaleros, y también el centro. La calle Concepción y Palacio eran lugar de cita obligado para el paso de los carnavaleros. Carreras, bailando, desde la Iglesia a la calle Vázquez López, y de vuelta de nuevo a la Iglesia. El itinerario del paseo cotidiano de aquellas tardes choqueras. Por el camino, papelillos, serpentinas, matrasuegras y plumerazos. Bromas y coplillas. Y buscar la proximidad de alguna mascarita simpática que pudiera endulzar, aún más, las horas ya dulces y despreocupadas del Carnaval.

¡Pero cuidado!... Qué gracia la de Agustín Medel cuando me lo contaba, junto a Pepe Zarandieta…”Había veces que, cuando encontrabas novia y quitaba la careta, veías que habías perdido dinero. Y otras que te habían dado gato por liebre, porque la bella mascarita, era un mascarón de proa”.

Y es que Huelva, también tenía, lógicamente, en aquellos tiempos, el quiebro salado del que iba para mujer y nació hombre, sintiendo en el corazón la rebelión hormonal de la pesada broma, casi carnavalesca, que le gastó la madre naturaleza. La Holandesa…La Benita…La Ginés… ¡Para “ellas” el Carnaval!... Solo esos días se vestían de mujeres y ¿Más de uno se equivocó de media a medio!... Pero, con gracia, después, para reírlo y recordar siempre con chacota la sorpresa recibida, a la hora de la verdad, como dicen los taurinos.

Huelva, sí, era fiesta. Y eran típicos sus bailes de Carnaval. Se hicieron famosos, incluso fuera de las fronteras provinciales. Como la pequeña Venecia, en aquellos tiempos de tan poco personal en la estadística de habitantes, hay que recordar los bailes del Reformista, en la calle Zafra, los del Republicano, en la calle Berdigón, los Benavente, en el Matadero, el Álvarez Quintero, en la calle del Puerto, o los del entorno de la Plaza delas Monjas; el Cinema Park, El Radical, El Cómico, El Orfeón…

Era famoso y muy concurrido los bailes de Carnaval del Teatro Mora. Se montaba una tarima enorme sobre el patio de butacas, a ras con el escenario. Las butacas debajo y encima, piso ideal para evoluciones coloristas de cientos de disfraces. Los tres pisos y la platea, se abarrotaban y arriba, en el recordado “gallinero del Mora” la zona que podríamos clasificar “S”.

Más estilistas, lo dos Círculos, El Mercantil y El Comercial. El Mercantil podríamos decir que acogía a la crema de la sociedad onubense con sus bailes rusos, chinos, japoneses. La cámara del popular fotógrafo onubense Alloza nos legó muchos documentos gráficos de aquellos bailes sociales en los días de Carnaval.

Más populares, con todo el sabor de la Huelva llana las dos cajas de resonancia de todos los acontecimientos festivos: El Brasil Grande y El Chico.

Pensando en tantos sitios y todos llenos y teniendo en cuenta la pequeñita que era Huelva, pienso que muy pocos, por no decir ninguno, se quedaba al margen del Carnaval. 

Cuentan los más viejos que en el callejón del Mora, al que también daba la puerta de El Orfeón, la serpentina y los papelillos que tiraban desde ambos locales a la calle para poder bailar en las pistas, alcanzaban fácilmente medio metro de altura. A veces, en los bailes, el descanso se aprovechaba para limpiar la pista. Los disfraces, caseros. La mujer con la ropa del hombre y los hombres con la de la mujer. Cualquier sábana valía. O alguna antigualla de antepasados oliendo a alcanfor del arca. Los más originales y exigentes, lo confeccionaban n casa o lo alquilaban en establecimientos de la calle del Puerto, los Herreros o San José. Caretas, plumeros, matasuegras, trompetas, serpentinas y papelillos de Baltasar o Justo Toscano…
Y …¡Hala! Al baile con las Orquestas del Maestro Prats, Soto o Molero. A corear aquello de…
“Yo quiero un TBO, yo quiero un TBO, si no me lo compras lloro y pataleo”

Pinche de melocotón, sangría, aguardiente, coñac o gaseosa de bolita para los abstemios, que ya era difícil encontrar alguno. Y por las calles, en amplias bateas de mimbre, el pregón vendía “la rica sultana y el rico piñonate” como simpática pareja de dulces.

PARTE FINAL

…el oído retumbó por nuestro cielo, y cuando el sonido se apagó, el Carnaval estaba prohibido. Habían huido también las ganas y la alegría para vivirlo. Los recuerdos, demasiado frescos corrieron un tupido velo y el dios Momo agarró sus colorines, sus caretas y su copa de néctar y cerró tras de sí la puerta del olvido.

Y, ahora, hoy precisamente, durante estos días, cuando los rencores se aplacan en los viejos y los que nacimos desde el 36 para acá estamos aprendiendo la dura y difícil lección de la convivencia en paz, ahora, es tiempo de realizar este esfuerzo común de empujar esa puerta y cantarle al pagano Momo para que nos vuelva atraer su ancha risa de Carnaval.

Que os quede hoy en el corazón la idea del esfuerzo conjunto. No dejéis que sea el Ayuntamiento, o la Comisión de festejos, o las Peñas, o los grupos sueltos, los que cargen solos con el esfuerzo de hacer el Carnaval. No organicéis demasiado. No encorsetéis el discurrir carnavalero. Le quitaréis lo más hermoso: la libertad. Que sea el pueblo el que lo consiga, porque el Carnaval está no para “verlo” sino para vivirlo. Que no de corte vestirse algremente de lo que sea y hacer locuras unos días. Que nadie piense “voy a hacer el payaso”. Quizás los auténticos payasos, sean los que teniendo todo un año para sufrir, no saben reír, de vez en cuando.

Manuel Peral Banda
Pregonero del Carnaval de Huelva 1984

sábado, 15 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Pregonero del Carnaval"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Comentábamos en la revista del pasado año que la venida del pregonero del Carnaval Colombino del 93 fue una laboriosa gestión de nuestro Ayuntamiento, solícito y siempre dispuesto a prestar ayuda, colaboración e ideas y consejos en favor de nuestra fiesta. La Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval que es la editora de la presente lo reconoció y agradeció en su momento en estas mismas páginas, como lo hace ahora a José Luis Camacho Malo por ser el verdadero y auténtico propulsor de que contemos con la presencia este año como pregonero de nuestros carnavales de Fernando Merchán Álvarez.

Nacido en Constantina (Sevilla) un 24 de abril de 1953, es una persona muy vinculada a las raíces onubenses, donde ha trabajado durante más de 15 años. Fue uno de los grandes valedores desde su puesto de director de HUELVA INFORMACIÓN para el lanzamiento y resurgir de este innovado Carnaval, apoyando a cada momento esta manifestación cultural.

Está en posesión de una muy vasta vida periodística y estuvo como redactor del Canarias 7, delegado del diario El Correo de Andalucía, director y fundador de Radio Andalucía, director y fundador de Huelva Información, director del diario Guadalete en Jerez de la Frontera y director del periódico La Bahía de Cádiz.

Sé bienvenido Fernando a esta tierra que te admiró y de la que quedaste cautivado imperecederamente en la seguridad de que tu disertación pasará a los anales de nuestras carnestolendas, porque posees todo ese compendio que la fiesta del disfraz y la máscara contiene.

Teletorre

viernes, 14 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Saluda del Concejal-Delegado de Cultura"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Parece que fue ayer, cuando se cerró el largo paréntesis en que estuvo secuestrado el Carnaval onubense; cuando prendió la mecha de la serpentina y se produjo el disparo que provocó de nuevo una lluvia de disfraces, máscaras, confetis, música… alegría que volvió a inundar las calles de Huelva.

Parece que fue ayer y, sin embargo, por paradójico que se nos antoje, también se tiene la sensación de que la Gran Fiesta de Invierno forma parte de nosotros desde siempre, sin interrupciones, manteniéndose aferrada al calendario de nuestros espíritus, transmitiéndose de generación en generación. Y creo que esto es lo importante de las Tradiciones Populares hurtadas, o no, al generar disfrute: el que llega en un momento en que, por estar tan dentro, debemos hurgar en la memoria para precisar la fecha del reencuentro.

Parece que fue ayer, y ya han pasado once años, cuando unos cuantos, muy pocos, llenos de ilusión, llamábamos al cl común de los ciudadanos para recuperar, entre todos, unas fiestas que nunca se dieron por perdidas definitivamente.

Desde los comienzos de esta segunda etapa, el Carnaval desarrolla dos aspectos que todos queríamos próximos, complementarios y que creciesen con igual salud, la misma fuerza e idéntico poder de convocatoria. Lamentablemente, a mi juicio, no ha sido así. Y mientras uno de ellos, el Concurso de Agrupaciones, superaba las dificultades derivadas de la falta de espacios para ensayos y del constante cambio de lugares durante la etapa en que estuvo cerrado el Gran Teatro, el otro, el de la calle, que gozaba ya desde el principio de su espacio natural y al que, no obstante, se ha tratado con especial mimo, dotándolo de elementos que pudiesen ayudarlo a crecer o hacerlo más atractivo (casetas, carpas, verbenas, alumbrado…) no ha cubierto las expectativas que en el teníamos depositadas. Así, mientras el concurso tiene una decidida vocación de crecer en calidad y en cantidad, el Carnaval de calle se ha mantenido apoyado en tres actividades (la Cabalgata, el Entierro del Choco y el acto de la Entrega de Trofeos) que si bien son capaces de convocar, como curiosos, a un buen número de onubenses, no colman las aspiraciones de la familia carnavalera.

Entre las posibles explicaciones a esta falta de participación, barajadas durante los debates convocados al efecto, hemos podido oír que:

a) No se ha promocionado lo suficiente. (Sin embargo y como decía antes, tanto el Ayuntamiento como la FOPAC, como otras Peñas y Asociaciones se ha esforzado por crear las mejores condiciones para su desarrollo).

b) Las agrupaciones y las Peñas han polarizado su atención en torno al concurso y las actuaciones. (En caso de que fuera cierto, lo sería solo parcialmente y no en todos los casos. Sin contar que, si las unas y las otras nacen con unos fines, parece lógico que hacia ellos dirijan sus mayores esfuerzos).

c) La afición al Carnaval de Huelva es la que es y se manifiesta como lo viene haciendo.

Considero esta última la más acertada de las explicaciones porque: siendo la participación activa en cualquier tipo de celebración (más en el Carnaval) una actividad de carácter individual en la que, imagino, han de confluir diferentes circunstancias del ámbito privado (disposición, oportunidad, inhibiciones…) no se puede culpar a nadie de las ausencias por notables (en número) que sean. Y porque estando Huelva formada en gran medida por gente de toda procedencia, no es extraño que muchos no se sientan inclinados al particular jolgorio de nuestras carnestolendas; habida cuenta de que no están sujetos a la memoria colectiva, a esa herencia genética a la que aludía al principio.

Dando por buena esta explicación, pienso que será el tiempo el encargado de incorporar a las nuevas generaciones que, por otra parte, marcarán sus propias pautas de funcionamiento a la hora de programar las actividades. Mientras tanto, a nosotros nos toca el hacer las cosas lo mejor y más atractivas posible a fin, no solo de acelerar y asegurar el proceso, sino, además, provocar el contagio de los que, están interesados, no son capaces de romper mecanismos de inhibición o no encuentran los cauces adecuados para incorporarse al general disfrute.

De cualquier modo, el Carnaval está ahí, al alcance de todos, y solo hace falta un poco de imaginación y ganas de vivirlo y de vivirse desde la perspectiva de un yo distinto al que nos ocupa a diario.

Por mi parte y de cara a esta edición, quiero desear a todas las agrupaciones que participan en el concurso: suerte, gusto, buen timbre y mejor oído para que luzcan a la altura que se espera de ellas. Y a Peñas, Asociaciones y público en general que, con sus disfraces, máscaras y cuantos útiles estimen necesario para la transformación, sin perder los buenos usos y el respeto que los demás merecen, ocupen las calles de Huelva convirtiéndolas en el gran escenario del CARNAVAL de 1994.

Juan José Oña Hervalejo

jueves, 13 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Saluda del Presidente de la FOPAC"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Seguimos avanzando, con este del 94 vamos a cumplir nuestro undécimo año de carnavales en Huelva. 

Allá por el 83 nos propusimos recuperar para nuestra ciudad esta fiesta tan típica y entrañable, que fueron en otros tiempos los Carnavales. Quién nos iba a decir por aquellos entonces que íbamos a llegar tan lejos, y a tanto nivel como en la actualidad tiene nuestro Carnaval.

Nos echamos a la calle casi sin pensarlo y recibimos el respaldo de todo un pueblo que tenía guardado en sus viejos baúles y chineros algún que otro objeto con el que disfrazarse, sorprender o causar admiración a propios y extraños. En definitiva, fue un reto a la creatividad, al desenfado y hasta si me apuráis un poco, a esa frase tan repetida y socorrida que utilizamos tan a menudo en temas de amor y que define este sentimiento en “dar mucho sin pedir nada a cambio”. Sí, dar sin pedir nada a cambio, pero a su vez esperando mucho, esperando todo y a todos, porque el Carnaval para que sea eso, Carnaval, tiene que ser participativo, multitudinario y exageradamente colectivo. Porque el Carnaval, para que nos vayamos entendiendo, no es la fiesta de unos pocos, ni tampoco es la fiesta del pueblo, es la fiesta de las proposiciones, “por” y “para”. La primera “por”, es porque el pueblo lo quiere y quizás también hasta lo necesita. Y la segunda “para”, es para el pueblo, como homenaje a todos aquellos que sin serlo nos hacemos o creemos durante el tiempo que dure el hechizo carnavalero, un poco poeta, payaso de la carpa del cielo, borracho de coplas y versos, duende de castillos de chocolate, cigarra cantarina y bulliciosa, o simplemente, persona que es el disfraz más usual y del cual a veces nos olvidamos para creernos tan importantes que pensamos, necios de nosotros, que un disfraz pude llegar a empañar nuestra imagen ante el mundo, o sea que automáticamente dejamos un mundo de ilusiones para convertirnos en ilusos, palabra esta que es parecida a ilusión pero que no tiene nada que ver con ella. Porque es preferible ser un loco ilusionado que un cuerdo iluso.

Hasta donde pretendemos llegar con esta iniciativa que comenzó hace ya once años, quién sabe a hasta donde, pero nosotros desde la FOPAC queremos animar a todos los carnavaleros a seguir luchando, a seguir inventando fantasías de esas que tan falta está el mundo. A que nos sigan haciendo reír los cuartetos y las murgas, y a que nos hagan poner nuestros vellos de punta las comparsas con sus guitarras, sus voces y sus mensajes serios y profundos que a todos nos hacen reflexionar y gritar eso tan cacareado de “esto es Carnaval, esto es Carnaval”, que es un poco nuestro grito de guerra con cañones cargados de confetis, serpentinas ee ilusiones que disparan con sus voces, todos aquellos que formamos parte de esta coro inmenso e imaginario que componemos la gran familia carnavalera de esta ciudad, a la cual tanto queremos, y por la cual nos dejamos la piel día a día en nuestros ensayos y nuestros pasacalles, porque somos conscientes que estamos escribiendo en grande una página en la historia de la cultura onubense.

No quisiera terminar este saluda carnavalero sin dar las gracias a todas estas personas que por segunda vez consecutiva habéis puesto toda vuestra confianza en esta junta directiva la cual me honro presidir, gracias carnavaleros, no dudéis nunca que desde nuestra posición en la Federación vamos a darlo todo por hacer del nuestro, un Gran Carnaval, ni mejor, ni peor que otros, porque en definitiva nuestra lucha es crear una identidad que nos defina en el escalafón que nos corresponde dentro de ese otro gran Carnaval que es el de la provincia. Para ello seguimos trabajando con muchísima ilusión en el acercamiento de todos los pueblos carnavaleros de nuestra provincia, desde la serrana ARACENA y CORTEGNA, la minera NERVA Y RIOTINTO, la industriosa VALVERDE DEL CAMINO, las condales NIEBLA Y BOLLULLOS, las colombinas MOGUER y SAN JUAN DEL PUERTO, pasando como no, por nuestra blanca PUNTA UMBRÍA y las costeras ISLA CRISTINA y AYAMONTE, pueblos que siguen llevando muy alto el estandarte del Carnaval de Huelva y provincia, tanto dentro, como dentro de nuestras fronteras.

En definitiva, que el Carnaval Colombino del 94 sea el de la unión entre Huelva y su provincia y así todos podamos presumir de tener algo por lo que tanto estamos luchando, el mejor CARNAVAL COLOMBINO del mundo.

Luis Díaz Escobar

miércoles, 12 de octubre de 2016

1994-REVISTA OFICIAL "Saluda del Alcalde de Huelva"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Amigos carnavaleros: 

Un año más tengo la oportunidad de dirigirme a vosotros, a todos los onubenses, se disfracen o no, para saludaros festivamente en el umbral del Carnaval Colombino 1994. Un Carnaval, que después de diez años de celebraciones se encuentra enraizado plenamente en la sociedad onubense, y como muestra de ello, la presencia multitudinaria en la calle los días de la Cabalgata, del Entierro del Choco y noche tras noche en el marco incomparable de nuestro Gran Teatro.

Me atrevo a exhortar a todos los onubenses para que acudan a esta cita anual, libres de perjuicios, inhibiciones y ataduras varias que tanto impiden o dificultan el regocijo. Bien entendiendo que este se produzca siempre dentro de los límites que nos marca la sana convivencia.

La espontaneidad la pone el pueblo y, aunque sea tópico repetirlo, el pueblo onubense es el principal protagonista de su Carnaval. Hay o tiene que haber, una complicidad entre la máscara y el paseante. No debe existir un mero espectador de la fiesta, sino que todos tenemos que participar de manera activa en las carnestolendas.

Se nos presenta pues, una ocasión más para soñar, para la ilusión, para la máscara, para la alegría, para el disfraz, en definitiva, una fiesta para vivirla plenamente y sentirnos orgullosos de ser carnavaleros y onubenses.

¡Salud para disfrutarlo! ¡Viva el Carnaval Colombino 94!

Vuestro Alcalde
Juan Ceada Infante

sábado, 1 de octubre de 2016

Archivo del blog