lunes, 28 de enero de 2008

Cuarto día de semifinales; Solidaridad sin tolerancia

Otra buena jornada de semifinales para los asistentes al GranTeatro de Huelva, que disfrutaron de agrupaciones de una gran calidad. Difícil tarea tendrá el jurado este año para dar el fallo. El penúltimo día de semifinales hubo un comentario generalizado: las quejas de los vecinos que viven en las inmediaciones del Gran Teatro de Huelva.

Una carta al director en este medio acentúa la crispación de muchos de los carnavaleros, que cada noche acuden al concurso para disfrutar de la fiesta. Al margen del respeto que me causan las horas de sueño y que comprendo claramente a los vecinos colindantes a la ‘zona de fiesta’, pues durante cuatro años he vivido en la calle Gobernador Alonso, no comprendo cómo se puede hablar de solidaridad o de ciudad de primera, por el simple hecho de que una fiesta popular, como es el Carnaval Colombino, se lleve a cabo en una misma franja horaria que otras fiestas. Es comprensible, y acepto que durante las dos semanas y algo que dura dicho concurso, el ambiente puede llegar a ser molesto y ahí es donde se debería utilizar con más argumento la palabra solidaridad, al igual que yo la he utilizado cada año, al ser despertado por una Hermandad de nazarenos a las cuatro de la mañana. Tambores y trompetas me han mantenido en vela durante todo el tiempo que ha durado la Semana Santa. Aún me horrorizan los grupos de chicos que diariamente, tras disfrutar de la fiesta de las Colombinas, transitaban por mi calle, con dirección a sus casas, cantando y gritando, después de una noche de disfrute en dicha fiesta. En esos días no existían horarios, las noches eran largas y ruidosas y se mantenía esta situación hasta las seis de la madrugada. No es justo que se hable de "ciudad de primera", cuando los vecinos de una ciudad no son capaces de aceptar y adaptarse a los intereses de otros conciudadanos. Es muy fácil utilizar conceptos muy llamativos, como "Solidaridad", siempre que sea para defender sus intereses. La solidaridad va mucho más allá y más de uno debería aplicársela. Yo aconsejo utilizar la palabra "permisividad", la solidaridad creo que viene muy grande; pero a pesar de entender la crispación de algunos de estos vecinos, no comprendo cómo se intenta presionar al Ayuntamiento y utilizar el recurso fácil y bajo como la amenaza de los votos, para dejar a más de 3.000 personas sin una fiesta que lleva 25 años celebrándose. Creo que el diálogo tendría que ir encaminado de otra manera, pues hay quien también se siente ofendido por tales palabras y tan deshonrosa utilización de expresiones que dejan entrever algo que va más allá del simple hecho de las molestias nocturnas de personas que disfrutan de su fiesta.

Al margen de esto, el día continuó como de costumbre, las seis agrupaciones de la noche hicieron su pase por las tablas del Gran Teatro, en un concurso donde el jurado lo tendrá muy difícil para acertar a gusto de todos.

La primera en abrir el telón fue la comparsa de Valverde del Camino ‘El reino de los lunáticos’. A pesar de mejorar con respecto al pase anterior, a esta agrupación, que posee un buen juego de voces, le costará alcanzar el nivel que se está pidiendo para el pase a la gran final.

Desde Punta Umbría llegó con mucho arte la chirigota ‘Cambio Radical’, los ricos, como ya se les ha denominado. Con maletín incorporado para chantajear al jurado, estos ricos estuvieron a la altura de estas semifinales, una de las posibles candidatas para meterse en la final, aunque debo reconocer que me faltaron letras de pasodobles que impactaran al público.

‘La escuela’, comparsa que también vino de Punta Umbría, fue la segunda en enfrentarse al respetable. Musicalmente dignos de oír, con buenas letras y una excelente interpretación del tipo, aunque me faltó ritmo. Por lo demás me pareció una agrupación con mucha calidad.

Tras el descanso, llegó el turno de ‘los Gambusinos’. En un principio, a muchos de los que estábamos esperando a esta agrupación nos desconcertó la falta de uno de los protagonistas de esta chirigota. Antonio Cabeza estaba enfermo con principio de neumonía y después de largos meses de ensayo, no pudo estar junto a sus niños, como él los llama, en las tablas del Gran Teatro. Otro de los componentes tampoco pudo participar por cuestiones laborales, y esas ausencias se notaron en las tablas. Pero eso no desmejoró la calidad del grupo, que se entregó al máximo, dando todo lo que se puede dar. Letras para quitarse el sombrero, de las más esperadas de la noche, que no decepcionaron ni un ápice. Y es que esta chirigota tiene la capacidad de saber mezclar el buen humor, con las críticas directas y sin tapujos que el autor Antonio Cabeza adorna con una calidad impresionante. Sus recursos lingüísticos son de lo más expresivos de esta fiesta. Un autor que marca épocas y que garantiza en todo lo que hace una expectación en el ambiente. Sabe lo que quiere, y lo mejor de todo, sabe plasmarlo con una calidad envidiable. Mucho más animados que en la primera vuelta, conectaron rápidamente con el publico, que coreaban el estribillo de los cuplés; algunos cambios en su repertorio, enriquecieron aún más, si cabe, el buen hacer de estos ‘Gambusinos’. Otra de las chirigotas que estarán en el pensamiento de todos los entendidos para entrar en la final.

Fue ‘La Fábula’, de Coria del Río, la penúltima de la noche. Una comparsa aceptable y que le costará mantenerse en este concurso, dada la competitividad que se está viendo en estas semifinales, donde todos los grupos se han superado.

Para finalizar la sesión tuvimos ‘Esta chirigota progresa adecuadamente’ de Punta Umbría. Un grupo simpático que hizo pasar un rato agradable, pero que tiene carencias en letras, aunque apunta maneras. Un buen día el que pasamos.

Redacción: Federico Pérez

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