miércoles, 25 de marzo de 2009

1899-BAILE DE PIÑATA



Difícil es, en verdad
dar tan siquiera una idea
el aspecto del salón,
de aquella animada fiesta
de que todos guardarán
memoria imperecedera,
pues resultó, más que baile,
un certamen de bellezas,
de distinción y de gracia.

Más como obliga nobleza
aunque no sepa expresarme,
he de decir lo que pueda
del cúmulo de hermosura,
de la animación extrema,
de la gracia, del candor
y de otras mil ricas prendas
que en el salón derrochó
a porfía, a manos llenas,
lo más selecto y florido
de la sociedad de Huelva.

Al que ha sido tan dichoso
que hallarse pudo en la fiesta.
¿Qué le podré yo decir
que de memoria no sepa?,
más para aquellos que lejos
de aquel edén estuvieran
he de decir cualquier cosa,
he de poner cuatro letras
por decirle que allí estaba
lo mejor de nuestra tierra.
Unas haciendo derroche
de hermosura y gentileza,
luciendo de sus encantos
la incomparable diadema,
y llevando sus prendidos
con elegancia suprema:
otras cubriendo sus rostros
con importunas caretas,
que orgullosas estarían
de ocultar tales bellezas,
y esparciendo los tesoros
de su gracia picaresca.

Y a fe que lástima tengo
al que al Círculo no fuera
aquella dichosa noche,
pues os juro muy de veras
que a ratos pensé que el cielo
se había venido a la tierra.
Y como yo no acostumbro,
quiero, jurar sin pruebas,
allá van mil ejemplares
con los nombres y las señas
de los ángeles que vi
con careta y sin careta.

Y antes de empezar suplico
la necesaria indulgencia
de la que falte en la lista
que en este punto comienza.

"Esperancita" Monís,
un dechado de belleza,
cuya elegancia es notoria
cual notoria es su modestia.
Ángeles Soler, hermosa,
siempre graciosa y discreta,
haciendo exclamar a todos:
¡bendita tu madre sea!,
la de Jiménez, Pilar,
angelical, retrechera,
con sus ojos que son soles
en los que algunos se queman.

A las de Mora Pozuelo,
simpáticas, sandungueras,
tan hermosas como siempre
y como siempre risueñas.
A Lolita Sánchez Mora,
capullo que a abrir empieza
y cuando de abrir acabe,
ha de ser rosa muy bella.
Las de Manito, dos flores
del jardín de nuestra tierra,
tan amables y atractivas,
cual lindas y retrecheras.

A María Caballero,
digna flor de tal floresta.
La de Garrido muy linda,
a la de Iñiguez, estrella
cuyos radiantes fulgores
hacen que el sol se oscurezca.
De Jiménez Vázquez, Pepa,
una hermosura capaz
de trastornar a cualquiera,
y a sus menores hermanas
que el mismo camino llevan.

Carmen Vargas, una rubia
celestial, todo un poema
de candor y de hermosura,
hecha un encanto, una perla.
Teresita Vázquez, nunca
he visto niña tan bella,
ni morena, ni más graciosa,
ni más bonita morena,
una chula encantadora.
La sin par Lucía Orejuela,
modelo de perfecciones
reina de todas las reinas.

Digna representación
de la colonia extranjera,
en las de Jhonston, preciosas
modelos de gentileza.
A la de López, Paulina,
una hermosa malagueña
que se ha traído consigo
toda la sal de su tierra.
Fernanda y Mecedes Burgos,
cual las de López, esbeltas
y simpáticas y amables.
La de Benítez Ortega
tan bonita y tan graciosa.

A trinidad Lezameta,
una gentil sevillana.
A la de Teijeiro, Pepa,
no menos gentil y airosa
que aquella que más lo sea.
A Pepita Casanovas,
bella como la primavera,
muy graciosa y oportuna.
María Torres, hechicera
con dos ojos que son focos
de potente luz eléctrica.

A la de Vargas, "Lolita",
una chula de primera.
La de Vélez, Olvidito,
y la de Royo, Manuela,
dos máscaras charlatanas,
oportunas y discretas.
Araceli de Arcos, ¡Olé
por las mujeres de Huelva!.
A las de García Ramos,
Inés Florentina y Eva.
La de Pino, Margarita,
¿habrá quién no diga al verla?:
¡Ole tu padre y tu madre
y tu abuelo, y ...etcétera!.

A María Magdalena,
¡Olé tu garbo, morena!.
A "Dolorcita" Arriola,
una hermosura perfecta.
A Matilde Carbonell,
siempre alegre y siempre bella,
como su "hermanita" Emilia.
A la de Ugarte, Amelia,
Pilar Avalos, de charra
muy linda y muy retrechera.
A las de Muñoz Flaguero,
simpáticas, sandungueras.


La de Ruiz Neble, preciosa.
Muy monas las de Vinuesa
y dignas de figurar
al lado de las primeras.
Las de Pinzón y Paniagua.
A Rosario Rodríguez,
López, Ana y Enriqueta.
A la de García Moreno,
elegante como bella,
lo mismo que a Ramona Rama,
Montegrifo, Oños, Rivera,
Zambrano... y si falta alguna
dispense la torpeza.

De las señoras recuerdo:
A las de Paz, Johnston, Checa,
Sánchez Mora, Pino, Burgos,
Ruiz, Jiménez, Lazameta,
Vargas Layton, Vázquez Pérez,
Mora, Colá, Castañeda,
María Vázquez, elegante
en la acepción más suprema
a la palabra, Ruiz Neble,
Escalona, Ross, Barrera,
Gómez Rull, gentil y hermosura;
Del Río, Benítez Ortega,
la de López (Don Alejo),
cuya elegancia es perfecta;
Cortina, Mateo Jiménez,
Soriano, Muñoz, Vinuesa,
Hernández, García Moreno,
Fajardo, Teijeiro y Lleras.

Y pues justo es poner fin
a esta ligera reseña,
solo me queda enviar
mi cordial enhorabuena
a la Junta de aquel Centro,
orgullo y honor de Huelva,
por el éxito creciente
de tan deliciosas fiestas.



Luís de Carvajal (Periodista onubense)
Baile de Piñata en el Círculo Mercantil y Agrícola.
Huelva, Carnaval de 1899

Fuente: Aquellos incomparables carnavales de Huelva / A. José Martínez NAvarro / 1.988

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