domingo, 18 de octubre de 2009

1895-CARNAVAL DE HUELVA (II) "Un Carnaval pasado por agua"

Continuamos relatando lo que fuese el Carnaval en Huelva de 1895:

El martes fue un día desagradable y lluvioso, pero esto no fue suficiente para quitar el buen humor a los que gustan del Carnaval, sino por el contrario y quizás porque traían velocidad adquirida de los días anteriores, lanzáronse a la calle máscaras y comparsas sin preocuparse de la lluvia.


(Tienda de Baltasar)


Las comparsas por la tarde parecían pelotones de gente de guerra después de una derrota. El número de sus individuos había disminuido notablemente, y los que continuaban fieles a su bandera, que plegada al asta escurría agua, daba casi compasión el verlos.  
La comparsa de "Los Chinos" era la más derrotada. ¡Hasta el bigote habían perdido en el aguaje!. La de "Los Zaragozanos", que decían no rendirse al francés, sosteníanse a duras penas al continuado cerco de las nubes. A Agustina Zaragoza le llegaban las zarpas a las caderas, y el agua había ablandado su pecho de estopa o algodón en rama.
A la de "Los Artilleros", se les mojó la pólvora; a los de "El Café cantante" les bautizaban las canales la manzanilla: y a "Las Nodrizas"se les retiró la leche por los enfriamientos de las lluvias; más a pesar de tales destrozos hubo siempre en todas ellas número suficiente de valientes para sostener el pendón.
La de "Los Permas" fue la única que más bien aumentó que disminuyó: y se comprende. Formada con gentes de la Pescadería se crecían al agua. Son anfibios.

La calle de la Concepción estuvo ese día más animada que los anteriores. Connaturalizada ya la gente con la lluvia  es necesario que caiga esta a torrente para percibirla, así no era extraño ver que paseaban sin cuidarse
de la llovizna, no solo las máscaras y muchos ejemplares del sexo fuerte sino muchachas bonitas.

Los bailes

Círculo Mercantil: El celebrado en esta Sociedad en la noche del martes fue de los mejores que allí se han celebrado y que nos hizo recordar aquellos que hace algunos años cuando, no habiendo en Huelva ninguna otra Sociedad que dieran bailes de máscaras, ejercía el Mercantil la exclusiva en esta fiesta, llevándole de ventaja el del martes a los pasados a que hacemos referencia, un marcado progreso de cultura y buen gusto que se hace bien notar.

Las numerosas señoras y señoritas que fueron de sala, honraron la fiesta vistiendo sus mejores trajes y galas que realzaba su hermosura; los caballeros vestían de frac, smoking o chaquet negro, teniendo el baile en los primeros momentos el carácter de una elegante "soirde" hasta que fueron apareciendo las máscaras en tan gran número que pronto convirtieron el salón en colosal y zumbador enjambre de picantes abejas dando malos ratos a muchos zánganos.
A las doce y media el baile estaba en su apogeo, y en este estado continuó hasta las cuatro, hora en que se bailó el "pas a quatre". Hasta entonces no vimos que se fuera nadie de tan numerosa concurrencia como llenaba el salón y las galerías del piso principal. Aunque de dadas las cuatro se retiraron algunas familias, el baile duró hasta las cinco, con la particularidad de haber estado hasta esta hora lleno casi por completo el salón.

Casino de Artesanos: A las diez y media dio principio la entrada de las máscaras en ese animado centro de recreo, y a las once y media se les hacía poco menos que imposible poder bailar al medio centenar de parejas que se entregaban  a los giros de la polka y vals, y con el ensordecedor ruido de la charla de cien máscaras daban vértigos y mareos, a los retirados del servicio se entiende, que los que pertenecían al ejército activo y reclutas disponibles les sabría aquel aquelarre a mieles y a gloria.
El sofocante calor que se sentía obligó a muchas máscaras a despojarse del antifaz y..."bendito sea el calor, dijo un retirado, así podremos gozar con los ojos, ya que las manos y los pies están en el cuartel de inválidos".
-Y tenía razón-. Rojos como amapolas y chispeantes los ojos como brasas de lumbre, fueron apareciendo rostros hechiceros en cuerpos airosos y de garbos superiores.
Y tras de un número otro número y venga a bailar, hasta que las claras del día dijeron aquí estamos.

Las que bailaron en el Casino de Artesanos no pudieron tomar las cenizas el miércoles de ídem. La que más temprano se levantó lo hizo a las doce, y a esa hora ¡buena ceniza nos de Dios!


Sociedad Cooperativa: ¿Por qué tienen tanto empeño las gentes en concurrir a los bailes de la Cooperativa?.
Fosos y barbacanas se necesitaban en la noche del martes para poner a cubierto la entrada al local de la calle "Señas" en que se aloja esta Sociedad, y es que siendo estrecho el salón de baile, estrecho para contener tanta gracia y alegría como derrochan las hermosas mujeres que allí acuden, estaba limitada su entrada a los socios de siempre, y estando por consiguiente su ingreso a los advenedizos de ocasión, no faltó quien quiso entrar forzando la entrada.


Ya se sabe que la prohibición es aliciente del deseo, y las dificultades de ingresar en el baile de la Cooperativa, aumentó en muchos el afán de entrar.

Se bailó de lo lindo y con la confianza propia de la gran familia de obreros que formaban la Sociedad, hasta las dos de la mañana, en que acordaron los socios dar por terminada tan agradable fiesta, con bastante sentimiento de los numerosos concurrentes.

El Carnaval pasó dejando a la juventud gratos recuerdos.
El domingo de Piñata volverá por algunas horas a reinar de nuevo la locura en las calles y la alegría y el placer en los bailes de máscaras.



A parte de los bailes de máscaras, algo más que típico en los carnavales de Huelva de siglo XIX, las agrupaciones, fuera de concurso alguno, estudiantinas, comparsas y murgas, a demás de cómicos en número de uno a varios por determinar, salían a las calles de Huelva, concentrándose en la popular calle de la Concepción y deleitaban a los transeúntes con sus coplas y sus gracias. Hoy en día esta costumbre de los lunes, martes y domingo de Piñata, ha sido reducida al sábado previo a la cabalgata, utilizando el mismo espacio escénico de aquel entonces.

Apuntamos una nota en las mencionadas agrupaciones colectivas del ayer, que iban provistas de pendones que identificaban a la formación a la que pertenecían, al más puro estilo de las tunas. 

Por último identificamos para el lector la popular calle de "Las Señas": la citada calle donde dice el texto se ubicaba la Sociedad cooperativa, es una calle que vio la luz avanzado el año de 1500, bajo la denominación popular de la Ceña o Aceña, por ser el lugar donde se ubicaba la aceña que abastecía de agua a los huertos de las casas y del desaparecido convento de San Francisco, donde hoy se emplaza el Ayuntamiento. Su nacimiento fue provocado para unir el centro de la ciudad con la última calle, la del "Berdigón".
 Mantuvo el nombre de "Las Señas" hasta 1868, cuando fue rotulada como calle "Alcolea", en memoria de la batalla de Alcolea que destronó a Isabel II, recuperando su nombre primitivo en 1875. Llamada también del General Azcárraga, Presidente del Consejo de Ministros, entre 1897 y  1924, cuando recibe el nombre de General Primo de Rivera. En 1931 en el advenimiento de la república se la llamó Capitán Galán, aunque vuelve en 1936 a llamarse G. Primo de Rivera. Actualmente la conocemos como calle "Arquitecto Pérez Carassa".  En esta calle además de la Sociedad Cooperativa, estuvo emplazada la muy conocida tienda de Baltasar, carnavalero del ayer de nuestra ciudad.

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