lunes, 2 de mayo de 2016

2001-REVISTA OFICIAL "¡Esto es Carnaval!"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Ya se respira por las calles de Huelva el ambiente de alegría, algarabía. Ya se escuchan los ecos de las letrillas que no dejan títere con cabeza, que le cantan, con humor y gran imaginación, a la vida misma.

Todo está, pues, preparado para recibir como se merece a este gran acontecimiento. Que canten las murgas y chirigotas; que desfilen las carrozas, salpicadas por la belleza de la reina y damas del Carnaval; que bailen las máscaras; que lloren las viudas en el Entierro del Choco, último suspiro de la fiesta.

El Ayuntamiento, consciente de que el Carnaval es un evento hecho por el pueblo y para el pueblo, no duda en apoyar y colaborar con la Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval (FOPAC), alma y vida del Carnaval de Huelva. Su trabajo, silencioso a lo largo del año, se transforma en el más ruidoso de todos los posibles durante la celebración de esta fiesta, alentando a los onubenses a participar e implicarse en ella bajo la careta del esperpento.
El reinado de Don Carnal impera en estos días con todo su esplendor. Disfrutemos de el como lo hacemos siempre con todas nuestras fiestas, costumbres y tradiiones.

Pedro Rodríguez González
Alcalde de Huelva

domingo, 1 de mayo de 2016

2010-CARNAVAL EN LA CINTA

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"



Actuación de las Agrupaciones Antológicas de Huelva "Los Ciquitraque" y "Los Colonistas" en las Veladas de La Cinta de 2010.
8 de Septiembre.

sábado, 30 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "A las agrupaciones del Carnaval Colombino"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Erase una vez una historia que decía así:

En el puente de los suspiros con una fatiguita de muerte estaban los aburríos de la orilla del río, y los pecadores de la pradera con un punto de locura, porque una moja muy ye-ye y dos niños que pa qué, habían sido escupidos del cielo. Los forasteros dieron tiempo al tiempo hilvanando ilusiones y con una cuadrilla de forcados de Joao Portiño y los pistoleros hicieron una de guerrilla con el clan de los Mac´arras para entrar en la casa del terror del centinela, donde unos polizones, te lo juro, salieron como temblarios. Fue una paranoyix de tangaos por la maldición del trotamundos, pero los cabezas con un proyecto x hicieron gente de paz. Hubo dragones y mazmorras, que no Josefa balcones y cotorras, porque Casanova y el Victoria fueron al cabaret de Guadalupe la noche de blues y desde el cuarto dijeron; no salimos ni locos, auqnue vengan los judíos con los niños cantores de la viena grande, porque como alquimistas seremos los dueños del tiempo.

Yo me parto el culo en el Carnaval, porque quién me iba a decir a mí que íbamos allegar al 2000.

“IJI ARZA”

La Junta Directiva
F.O.P.A.C.

martes, 26 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Vicepresidenta de la Diputación"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Como ocurriera en otros muchos lugares de España, en Huelva, el despertar democrático de finales de los años setenta se manifestó, entre otras muchas maneras, en una sana e inmensa alegría de vivir. Los años anteriores al desencanto político, en aún parece permanecer parte de nuestra sociedad, desempolvaron viejas tradiciones, aletargadas y larvadas durante el franquismo, que hacían de vehículo casi espontáneo a la libertad y la alegría. En el Carnaval confluían ambas posibilidades básicas. Desde 1936, cuando fue posible disfrazarse fue a hurtadillas, recluida la fiesta en locales cerrados. Los primeros años de democracia sacaron el Carnaval a la luz, a la calle. Durante décadas, la historia del viejo Carnaval onubense había estado marcada por la permanente lucha entre los colectivos partidarios de esta fiesta, que frecuentemente eran acusados de cometer excesos y desordenes bajo el anonimato de disfraces y máscaras, y las constantes prohibiciones de las autoridades locales para evitar estos “desmanes”. El control desapareció con los nuevos tiempos y los carnavaleros pasaron a ser de repente ciudadanos normales y nada sospechosos de subvertir el orden.

Conviene no olvidar nunca este origen democrático en la recuperación de la fiesta. Pues, aún antes de las dificultades de franquismo, los carnavaleros siempre tuvieron enfrente al clero y al sector más conservador de la sociedad que, en función del eco de sus principios tuvieron entre los representantes políticos de la ciudad, los llevaron a épocas de mayor o menor esplendor.

Ya en 1815 el Ayuntamiento de Huelva asumió e hizo pública una Real Orden en la que decía que “El Rey quiere que se renueven las leyes y disposiciones reales prohibitivas de máscaras”. Como cabía esperar quienes salen especialmente malparadas son las mujeres, a las que el bando, en su artículo tercero, prohibía: “el andar de día disfrazadas y con careta por las calles y plazas… Las que infrinjan esta determinación serán detenidas”. La mano conservadora se dejaba notar también en la prohibición expresa del “uso de trajes sacerdotales, órdenes religiosas y eclesiásticas”.

A pesar de todo el Carnaval de Huelva sobrevivió hasta que la feroz oposición del clero, el ambiente político, la censura sobre la prensa y la guerra civil se encargaron de arrinconarlo. Tímidamente y con ciertos titubeos fue resurgiendo desde los primeros años ochenta. Gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de entonces, algunos colectivos ciudadanos le dieron el impulso definitivo al Carnaval de hoy. La organización de festejos y el esquema de aquellos años, en sus líneas generales, sigue estando vigente.

Recuperación real y feliz de un espacio para el jolgorio y la denuncia del mejor tiempo, el tiempo de la libertad, en donde los ciudadanos asumen la crítica de la vida cotidiana como algo que les es consustancial, y a lo que, además, tienen derecho; al menos durante los días en que llenan plazas y callejones con sus tangos y cuplés, con sus pasodobles y “popurríes”, con sus historias vividas e inventadas, no importa, porque constituyen un exponente más de nuestra realidad. Por ello, en el Concurso Provincial de Agrupaciones se podrían mostrar las setenta y nueve maneras de interpretar en nuestros días el Carnaval. Los referentes han cambiado, pero no tanto como para ver a lo lejos al primer sentido de esta fiesta.

Amelia León Gómez
Vicepresidenta de la Diputación Provincial de Huelva
y Diputada de Cultura y Asuntos Sociales

domingo, 24 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Presidente de la Diputación"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

En su amplio sentido, el Carnaval coincide con el solsticio de invierno y la peregrinación que realiza la Naturaleza buscando la primavera, la estación del amor en la que todas las fuerzas y energías renuevan la vida física y psíquica.

Los romanos lo festejaron con las Saturnales, en diciembre, y las Lupercales, en febrero. El cristianismo asimiló estas y otras fiestas paganas de invierno, las reestructuró y acomodó a su calendario enmarcándolas en rituales de la llamada “Risa Pascual”. En medio situó la Epifanía (6 de enero), la fiesta de San Antonio Abad (17 de enero) o San Sebastián (20 de enero), según los casos, y la Candelaria (2 de febrero).

Desde que se instauró la democracia en España, el Carnaval parece haber recobrado viejas fuerzas y hoy se advierte un resurgir canavalero que alcanza incluso hasta donde es posible que no fuera muy habitual su celebración. Pero hay que desengañarse: el Carnaval en su sentido más primigenio no pasa por su mejor momento. Si hacemos caso a los etnólogos tan prestigiosos como Julio Caro Baroja, el laicismo burocrático y la secularización profana de la vida cotidiana han cercenado el hondo significado social y psicológico del Carnaval:

<Mientras el hombre ha creído, de una u otra forma, que su vida estaba sometida a fuerzas sobrenaturales –escribía Caro Baroja-, el Carnaval ha sido posible. Desde el momento en que todo se reglamenta, hasta la diversión, sigueindo criterios políticos y concejiles, atendiendo a ideas de “orden social”, “buen gusto”, etc…, el Carnaval no puede ser más que una máquina de diversión de casino pretencioso. Todos sus encantos y turbulencias se acabaron>, sobre todo, añado yo, cuando el concepto de la fiesta y de la misma historia se simplifican, se trivializan, por ciertos grupos políticos hasta convertir en auténticas pantomimas un proceso tan rico, complejo y variado.

Franco Cardini, por su lado, también opina que el racionalismo y la desacralización del mundo ha desvirtuado el Carnaval. Con toda ironía comenta que agoniza desde que la Cuaresma murió hace tiempo y <quien aborrece el arenque, manjar frugal, antiestético y maloliente, está destinado a descubrir tarde o temprano que la salchicha contiene toxinas y colesterol>.

La visión lineal del tiempo, que sustituye el carácter cíclico tradicional, con una concepción sacra del transcurso de las estaciones, provoca la pérdida de la efectividad psicológica, de desahogo colectivo, que caracterizó al Carnaval. Los tiempos modernos, la era de la informática y el cronómetro, tienden a igualar el tiempo festivo y el cotidiano, a confundirlos.

<La diferencia entre las actitudes cotidianas y las festivas –señala el antropólogo italiano- van borrándose; la gente vive cada vez más la realidad del reposo como un hecho individual. Las tensiones se relajan, en tanto que la fiesta, por el contrario, es u tiempo de intensidades, una ocasión en la que no se reposa, sino que se fatiga>.

Pese a todo el inconsciente colectivo y el personal aprovechan los rituales carnavaleros de este resurgimiento. En el ciclo carnavalesco se ha venido unificando la religiosidad popular con lo festivo, pero también con la farsa y lo dionisíaco. El Carnaval es la fiesta de la burla, la broma, la algazara, la chanza, la risa, la parodia y el humor. Durante el Carnaval se relativiza jocosamente cualquier orden o jerarquía en favor de la risa, que como ha desvelado M. Bachtin, es un factor social revolucionario: <El poder, la violencia, la autoridad, nunca hablan la lengua de la risa, La risa es una victoria sobre el miedo moral, el miedo ante el tabú, lo prohibido sacralizado. Gracias a ella todo lo amenazador queda transformado en cómico, y lo terrible se convierte en alegre espantajo>.

Se busca así el equilibrio social, como se pone de manifiesto el Miércoles de Ceniza. Todo vuelve a su orden y cada estamento social recobra su lugar, como lo indicaba un programa de los Carnavales de un pequeño pueblo castellano: >Todo pasa. Al final, da el pobre con su pobreza, torna el rico a su riqueza, el cura vuelve a sus misas, el currante a su currelo y el parado a su rutina>.

El simbolismo arque típico es claro: con el Carnaval muerto, sacrificado cual “chivo expiatorio”, renace el pueblo y desaparece la crudeza del invierno con sus limitaciones. El Carnaval muere llevándose consigo todos los pecados y males del pueblo. El “orden” vuelve a imponerse.

José Cejudo Sánchez
Presidente de la Diputación Provincial de Huelva


sábado, 23 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Saluda de la Alcaldía"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Como todos los años por estas fechas, la ciudad se convierte en una auténtica fiesta con la llegada del Carnaval. Una fiesta que tiene como escenario la calle y que inunda todos los rincones de color, gracia y alegría.

El Carnaval Colombino nos invita un año más a disfrutar de la música y la burla. Para ello, miles de onubenses están ya dispuestos a salir a la calle con su mejor disfraz y a formar parte de este mundo de fantasía e imaginación.

El espíritu del Carnaval nos atrapa en estos días con la sátira y la música de las murgas y las comparsas, la belleza de las damas carnavaleras y el colorido de la cabalgata y los desfiles.

Como alcalde de Huelva, quiero invitar a todos los onubenses a participar y sentir una tradición tan nuestra. Nadie debe perderse la ocasión de divertirse con el Carnaval Colombino.

Pedro Rodríguez González
Alcalde Huelva



Me es grato enviar por primera vez este saludo a todos los onubenses y en particular, a la gran familia carnavalera.

Miles de onubenses encuentran, año tras año, en el marco de las peñas y agrupaciones del Carnaval el cauce necesario para una participación llena de dinamismo, que consigue sus momentos de mayo expresión en los días de celebración de nuestro Carnaval.

En este Carnaval 2000, no me cabe la menor duda, que nuestras carnestolendas apostarán por dar ese salto definitivo en su consolidación, siendo un augurio esperanzador el gran número de grupos participantes en la presente edición del Concurso de Agrupaciones.

Espero que con el esfuerzo de todos, este Carnaval del año 2000, sirva para el gozo de todos los onubenses, apoyándolo con su presencia en todos y cada uno de los actos organizados, fundamentalmente una vez que finalice el Concurso de Agrupaciones y las calles de la ciudad se envuelvan del embrujo carnavalero, para así conseguir que el Carnaval florezca en todo su esplendor. En este sentido, la Federación de Peñas, tendrá todo el apoyo necesario para ello desde esta área de Cultura y Festejos.

Sólo me resta hacer un llamamiento a todos los onubenses para que disfruten de nuestro Carnaval. La fiesta está servida, SOLO QUEDA UNIRNOS Y PARTICIPAR EN ELLA.

José Manuel Remesal Rodríguez
Tte. Alacalde Delegado del Área de Cultura y Festejos

lunes, 11 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Carnaval desde las afueras"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Febrero ya está aquí. Un calendario más nos indica que llegó el momento tras 365 días de espera. Pero este Febrero no es igual que los demás.

Faltarán a la cita muchos de los invitados que por motivos que no vienen al caso no concurrirán a la vorágine que se organiza por esta altura del año. El que suscribe será uno de los ausentes físicos que lucha desde hace tiempo por auto convencerse y mentalizarse de su no participación. Y el ejercicio es duro, pues cada golpe de pensamiento le contesta un pasodoble, una vivencia de cualquiera de las diecisiete ediciones, una estampa de un teatro emocionado. Si aceptan mi consejo, no hagan nunca ningún intento de retirada. Puede ser perjudicial para su salud. Desde lejos todo es distinto, no se respira el mismo ambiente y hasta el aire es diferente. Pero es ley de vida, los hombres pasan y los eventos permanecen aunque sea a duras penas.

La bandera de un Carnaval sin ataduras, libre de cualquier maniobrabilidad política, con una organización y respeto de manifestaciones socioculturales de esta ciudad, será enarbolada por otros, al menos ese es mi último deseo.

Y todo esto lo escribo a pocos días vista del inicio de nuestra fiesta y lo intento hacer desde la mayor de las distancias donde dicen encontrarse el olvido, aunque yo sigo sin hallarlo. A cada día que pasa le deposito mayor ganas de acercarme aun sabiendo la imposibilidad de hacerlo. Me gustaría que Don Carnal Doña Cuaresma realizarán un esfuerzo de gratitud y comprendieran a todos los que se encuentran en mi situación.

El Carnaval pasa de ser manifestación popular a necesidad perentoria cuando las personas se alejan de él. Esta frase resume el sentir de un servidor en la antesala de la fiesta. Nunca me había sentido tan embargado por el ansia de volver, pero también esperaré sacar conclusiones positivas si resisto la lejanía.

El Carnaval comienza, que nadie mira hacia atrás y que algunos me lo contéis de tal manera que pueda vivirlo a través de la palabra. Para terminar solamente un deseo, que esta edición sea la mejor de ediciones y que siempre reine un espíritu… el carnavalero. Ya hay bastantes enemigos en las afueras para recibirlos en casa. Que lo disfrutéis…

Nardy Lafuente

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