domingo, 27 de enero de 2008

Tercer día de semifinales; El Reino de los Mairenas

En el tercer día de semifinales, ya se empieza a ver la calidad de los distintos grupos que acuden a este concurso. El teatro sigue en armonía, la alegría se respira en el ambiente y ya se empieza a cocinar a los platos fuertes que pueden entrar en la Gran final.
Parece que por fin se mezclaron todos los ingredientes para que pudiéramos v ivir una de las jornadas más concurridas de estas semifinales. Actuaban grupos de mucha calidad en este concurso, era fin de semana y tres agrupaciones de Huelva capital estaban entre las participantes en este concurso.
Todo esto, unido con las ganas de fiesta que tiene la gente, hizo que en la noche del sábado no cupiera ni un alfiler en el Gran Teatro. Un día, mi gran amigo Iski, al que admiro mucho, me preguntó las razones por las que me gustaba el carnaval y si hubiese estado anoche en el Gran Teatro lo hubiese comprendido mejor que con las palabras que utilicé para explicárselo. Más de 700 personas se encontraban dentro del Teatro: público, medios de comunicación y colaboradores y aún así, se hacía un silencio absoluto cada vez que cantaba una agrupación, rompiendo en un vocerío, al unísono, de expectación casi incontrolado cada vez que acababa un pasodoble. Era un sentimiento colectivo que te envolvía, sintiéndote unido a todos y cada uno de los que se encontraban allí. Pero la única forma de entenderlo es viviéndolo y dejándose sentir por las letras y la música que cada agrupación quiere trasmitir. Ya me encantaría que mi admirado y amigo Iski, pasara un día por las butacas del Gran Teatro.

Una murga de Huelva abrió el telón, los del ‘F.B.I’, que dirige Miguel Ángel Garrocho. Estos bichos hicieron un respetable pase por estas semifinales. Si existiera un premio a la alegría, sin duda alguna, esta chirigota sería la que más puntos tendría a su favor para obtenerlo. A quién le importa la calidad, las voces o el jurado, cuando un grupo de chavales disfrutan hasta la saciedad en el escenario, cuando son capaces de vivir el momento con tanta intensidad, dejando escapar alguna que otra lágrima de emoción al concluir su espectáculo, entre abrazos y gritos de ánimos. A quién le importa lo que piensen los medios, si los aplausos del público les hacen sentir los más importantes del mundo. Para este humilde servidor, habéis logrado un paso importante en vuestro futuro.

Llegó el turno a la comparsa ‘El Reino de la alegría’. Después de las vicisitudes que este grupo ha sufrido, y sobre todo los incidentes que Diego Vega, el director de esta comparsa ha pasado, no pude dejar de sentir los nervios típicos que crea la inseguridad, pero nada más comenzar las primeras notas de su presentación, se difuminaron en cada golpe de bombo y caja. La comparsa cubrió casi todo el escenario. Diego estaba pletórico, se le veía vivo, engrandecido, más "grande" de lo que es. Pope rompía sobre las voces del grupo con cada nota de su garganta, Los Peguero dejaron sin aliento a un público que no dejaba de aplaudir y Jesuli perogil, esta vez sin su guitarra, puso toda la carne en el asador. Y lograron su objetivo, como siempre han hecho, dando todo al público de Huelva. En cada pieza de su repertorio, el público se ponía en pie, sin esperar a que terminaran. Diego Arenas, ‘el rojo’, no dejó de llorar en toda la actuación, y no era para menos; al igual que el carnaval de Huelva, él también cumplía sus 25 años en la fiesta y su comparsa le dedicó uno de los pasodobles más sentidos de todos los que se han cantado hasta la fecha. Gran ovación para esta comparsa, que ha vuelto a resurgir con el mismo entusiasmo con el que antaño venía. "Cómo ha pasado el tiempo, tierra mía, cómo te he echado de menos en mi eterna oscuridad". Ya estás otra vez con nosotros, Diego, por siempre jamás.

"El paraíso de la luz’, de Ayamonte, fue otra de las comparsas que hizo su segundo pase en este día. Con unas voces impresionantes, supo conectar con el público, que ya se encontraba ansioso y con más ganas de fiesta que nunca. A pesar de perder la nitidez en algunos momentos, el colorido de voces era espectacular, buenas letras y una afinación casi perfecta. Ayamonte sigue siendo un buen ejemplo en esta modalidad.

La hora de ‘Los Mairena’. Era la segunda agrupación esperada de la noche. Jesuli Perogil, que hizo doblete, cambió la seriedad de la comparsa por el impertinente humor de Carmen de Mairena, a quien representan en este certamen. Este autor, arriesgado en sus letras, supo captar a la perfección a este absurdo personaje, remedando hasta los más ínfimos detalles. Su espectáculo, como ya es catalogado, hizo vibrar a todo el Teatro en cada frase de su repertorio. Refleja en todo momento las frases típicas que este personaje ha hecho famosas en toda España, adornándolas con unas excelentes voces. Sus letras, directas y sin tapujos, no obvian el sentir de un carnavalero que quiere a la fiesta. Siempre de frente, no oculta lo que siente, llegando a veces a resultar molesto. Quizás es el motivo por el que es admirado o envidiado. Decir lo que se piensa en esta sociedad es una valentía que no todo el mundo se puede permitir. Pero en su repertorio hay cabida para todo y no sólo para el humor. Quizás de los mejores pasodobles hasta el la fecha fue el que esta chirigota le dedicó a la familia Correa. Limpio, sencillo y con una exquisita pluma que hizo derramar algunas lágrimas a los presentes. Los Ventaneros volvieron a dejar el pabellón muy alto. Yeye, Dieguito, Miguel, Chema, etc…, saben defender un repertorio que estará entre los más grandes de este concurso. Quisiera decir, como en más de una ocasión me comentó Iván, hijo de Cristóbal Giraldo, "yo, de mayor, quiero salir con Jesuli Perogil".

La noche la cerró la comparsa ‘La marea’ de Bollullos del condado, que estuvo a la altura de la calidad de la noche. Esta comparsa que levanta pasiones, estará entre las que luchen por conseguir la entrada en la final. Buenas voces, muy afinados en todo el repertorio y letras muy acertadas. Feliz Carnaval.
Redacción: Federico Pérez

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