La excusa para tal celebración se disfrazó con aquello de ponerle al mal tiempo buena cara y quitarnos la espinita de unas elecciones que no nos fueron propicias, ni a nosotros ni al Carnaval Colombino. Pero para espinitas , las de los cientos de sardinas que se ingirieron aquella noche y que aportaron cada una las peñas que se dieron cita a los pies del monumento a la fe descubridora, nuestro emblemático Colón, que esta vez no estaba disfrazado pero que más de uno aseguraba, que movía uno de sus pies al compás del tres por cuatro que marcaron las guitarras carnavaleras, sería el efecto del alcohol seguramente.
No se puede decir que la I SARDINÁ llenase a rebozar la Punta El Sebo, pues tan solo, sobre un centenar de carnavaleros se dieron cita para el evento, pero si podríamos decir que no solo confluyeron en el punto señalado los ríos Tinto y Odiel, sino que lo hicieron también una buena representación de Peñas y Asociaciones, que fueron las siguientes; Los Ventaneros, Los Empollones, El Farol, Arrabales, Independiente, Los Cartonudos, Los Catorce y Medio, Mingorance, Los Primos y El Grupito.
Una noche carnavalera más para el cuerpo, en un cálido ambiente tanto humano como climático, donde se alternaron las relaciones entre peñas, se improvisó un partidillo de fútbol playa, aunque a más de uno se le repitieron las sardinas con las carrerillas y se entonaron coplas de los más variados colores carnavalescos.
El cierre de esta velada lo pusieron los más jartibles, cuando las claras del alba comenzaban ha aparecer y los gatos de la noche no eran ya tan pardos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario