sábado, 11 de octubre de 2008

1995-PREGÓN DE D. VICENTE TOTI

Buenas noches queridos amigos…
Huelvanos!, onubenses, carnavaleros y recreativistas; del Litri o del Chamaco; de la Isla Chica o del Torrejón. Simpáticos, apáticos, dóciles y como todo el mundo: manipulados por esa dichosa tele que nos sigue dando cada vez más fútbol y más basura, que es tanto como decir el viejo tópico de pan y toros (como en todos los No-dos) y así no hay modo.
Ni contigo ni sin ti, ay! Televisión, tienen mis males remedio, o contigo pan y cebolla, que se decían los novios cuando no se podía decir otra cosa.
Después vendría el hoy más que ayer pero menos que mañana; para acabar con el póntelo/pónselo, que es uno de los muchos triunfos del Carnaval; porque, a veces, hay cosas que solo las protege un buen disfraz; y ya se sabe que un buen desahogo a tiempo es una victoria en nuestra vida. Una vida que, dicho así, a bote pronto, hay que animarla, festejarla y gozarla lo más posible, que para amargárnosla ya se sobra y se basta el ministro de Hacienda de turno y lo que es peor todavía para algunos: el de Trabajo, más conocido como de Desempleo (y aquí no hay guasa, ni coña, ni tampoco cachondeo).

Como acabáis de observar, ni esto va a ser un pregón, ni por supuesto yo soy un pregonero. Pregón viene de pregar, o sea rogar, y yo solo os voy a rogar que tengáis un mínimo de paciencia. Calculo yo…que unos quince minutos. Veinte por mucho, y en todo caso nunca más de siete horas. Con lo cual, quiero decir que no empecéis como en años anteriores a toser o salir de pegaros un pelotazo al bar de arriba, que de la cultura del pelotazo estamos hasta más abajo del moño. Y coño!, ahora que lo pienso: porque el que pregona, algo vende, y aquí el menda nada más que viene al Gran Teatro de Huelva a regalar unas palabras que hagan cosquillas en esas carnecitas blancas (carnestolendas, que le dicen os más brutos) carne de cañón otros, carne a la brasa o ala plancha, chipirones, langostinos, ensaladilla rusa o unos riñones al Jerez, para hacer boca.

Y ya que estamos en Jerez y casi-casi practicando el boca a boca, enjutitos a la sin par Tacita de Plata, vaya un saludo al Carnaval… de Aravaca, al de Tenerife; al de Isla y Ayamonte; al de Venecia, al de Río de Janeiro, y sobre todo, al de La Moncloa! Y otro más todavía al Pedro pacheco de la justicia y el cachondeo, por que ha demostrado llevar más razón que un santo, por lo menos hasta que otro santo, San Baltasar Garzón, virgen y mártir se dedicó a tirar de la manta y a dejar en pelota viva a más de un muerto…de miedo.
Miedo es la palabra clave. Miedo, tengo miedo, gritaba la Lola de España cuando los de Hacienda la fueron a ver…Miedo, tengo miedo de perderme esa sevillana boda del siglo…por si hay un traspiés…¿qué a mi…? ya ve usted!.
Pero ustedes y vosotros, queridos míos, no tengáis miedo: pasarán los días y los meses, pasarán los años y los siglos, pasarán las oscuras golondrinas, pasará el José María García, como pasó el José María Pemán, pasará el José María Cuevas y el resto de tan poco recordables Josemaris a engrosar la lista del paro obrero. Pero los políticos que tanto se esfuerzan en dar trabajo a los letristas carnavaleros, esos, esos políticos presuntamente corruptos, presuntamente pancistas y lameculos (que son presuntamente pocos, pero algunos lo son no tan presuntamente), esos digo, no pasarán.

Con lo cual, señoras y señores, choquitos míos, quiero decir, que esto del Carnaval tiene -y si no, se busca -cuerda para rato, y eso a pesar de tipos tan poco recomendables como yo, que pa no tener no tengo ni la vergüenza torera de disfrazarme, aunque sea de Miguel Boyer; entre otras cosas, por que a mi las payasadas del abejorro y lo del toro de Osborne (lo digo por lo de la vergüenza torera) me la traen floja y bien floja.

Y ya que la tenemos floja, -la corbata, se entiende- voy ha haceros una advertencia:del toro manso, sea de Osborne o sea de la filipina porcelanosa me libre Dios, que de los que tienen la corbata y la cara dura, pelo engominado y muchas acciones (casi todas malas) ya me librará ese juez que tan bien los tiene puestos: el García Castellón!.

Pero hablemos de Huelva. De Huelva la cantaora, tan flamenca y tan juncal que pa tener, tiene fiestas como este Gran Carnaval. Tiene unas calles de dulce, donde se puede aparcar, (siempre que uno sea rico, un tipo con mucha cara o amigo de un concejal). Su firme llano y perfecto para poder transitar…, menos ciertos socavones que mejor no comentar; en ellos caben Mercedes (que dice el Camacho Malo es coche de pescaeros), el Volvo del niño pijo y el Ibiza que a mi primo le han regalado su abuelo. ¿La circulación? fluida, desde la ancha Gran Vía a la otra Gran…Capitán, por cierto que gran putada la que le han hecho a esas nenas! con unas casitas rosas, donde dicen los que saben que las hay que están…más buenas! Y buenos () aparcamientos. Vigilancia que no veas. Ya solo quitan las ruedas, el cassete, la cartera,…o lo que vean.




Así que, choquitos míos, carnavaleros altivos: Que san Domingo Prieto nos coja confesaos!. Porque como es natural, no vamos a dejar pasar la ocasión para recordr al honorable monseñor President de la Excelentísima y sea y es por siempre deseada Diputación, abad mitrado de esa Santa Casa de Misericordia en que se convirtió para aquellos sufridos alcaldes y concejales de Urbanismo de los pueblos, peregrinos impenitentes a su Santísima Sede, sita en la susodicha Gran Vía, en busca del reconfortante cheque al portador, compulsado, firmado y sellado que de vía libre al arreglo de otra calle, de la prometida piscina o esa ofrecida y semiacabada Casa de Cultura; Cultura, por otra parte, queridos niños, de la que tan necesitados estamos los unos y los otros como yo os he amado.

Bueno, amados míos, a lo que iba: Que buenos carnavaleros sois, caramba! Mira que tomarse a guasa la vida, con lo seria que es…
Mirad si será seri, que yo, cuando se me pone delante un tío de esos estirados, con impecable smoking, camisa de diseño y palomita a juego, hablándome de ex cátedra, o sea, en plan chulesco, de sus titulaciones académicas, inversiones en bolsa o títulos nobiliarios, le miro de arriba abajo y me lo imagino sentado en la taza del retrete haciendo fuerza por el estreñimiento mental acumulado desde que la impotencia se apoderó de sus más queridos poderes.
Qué buenos carnavaleros sois!, os decía y os lo repito. Y que bien os lleváis, caramba!.
Conozco yo a uno de vosotros que cada vez que se nombra al presidente, miembro (viril o no) de una peña rival o responsable de la ilustrísima y nunca suficientemente alabada FOPAC, lo mínimo que le dice es maricón del culo. Pecata minuta desde luego, comparado con lo que me dicen de el los de la acera de enfrente al verle pasar: que si puede ser tu mare…que es mucho lo que ha corrío…que un charlatán como ese…no es bueno para hacer un trío…
Pero amigos, ¿para que carajo queremos un trío, si podemos hacer un cuarteto?. Por ejemplo, uno que diga así: Mi Huelva tiene una ría, y en ella hay un cuarteto, cuando el AMA va y se agacha, dice Foret, te la meto!. Y van y nos meten una de contaminación ambiental, o séase, por tierra, mar y aire, que ríanse ustedes de Londres, del Támesis y de la madre que parió a los ingleses, que dicho sea de paso (y a este paso, me declaran persona non grata desde Gibraltar a las Malvinas), no solo son unos hijo de la Gran Bretaña, sino que son mucho más feos que los españoles y mucho menos ligones, como lo puede certificar ahí mi amigo Pepe Pulido, que si bien nunca se comió una rosca con ninguna inglesa, por lo menos habrá oído contarlo, y de ahí la envidia cochina que nos tienen los súbditos de su graciosa (es un decir) Majestad, madre de Carlos el orejas, suegra de la Diana de sus entrepiernas, y no sigo porque podría herir la sensibilidad de alguna persona de orden (entrecomillas) que supuesta o realmente estuviera en el patio, anfiteatro o gallinero, pues bien se yo por vuestros angelicales y maravillosos rostros, que a pesar de algún pájaro de cuentas: nada de gallinas, sino ángeles de la fanfarria, querubines del cotilleo, amantes de la Divina y cotidiana Comedia…carnavaleros de pro!.
Pro…bueno! La cruda realidad es que no sabemos si hay o no gente de orden ( en el sentido carca de la palabreja) aunque lo más probable es que sí haya gentes de La Orden, ese pedazo, de barriada, hogar, cobijo y consuelo de miles de buenas personas, y engendro de la especulación del suelo, que aquellos otros pedazos de hijos de padres de la patria hacían para apartar del centro de las ciudades a la gente humilde, y ahora ellos las abandonan, hartos de ruidos, de atascos y de litronas para irse más lejos, a La Dehesa –por ejemplo-, o a… a… anda que le vayan dando!. Que en la Orden, y pasaré a otra barriada, no sea que con tantas órdenes venga el guardia de la Placeta y entre bromas y chirigotas, se me cuadre…
…Y para cuadros, o sea molduras: Camino, que unos dicen que son caros…y otros que para tíos finos.

Que en la Orden, decía, hoy en día, hay que reconocer y reconocemos lo mucho y bueno que se ha hecho, (No, no me refiero al capón que los guerristas han dado al ahora renovador Ceada) sino a que, dentro de lo que cabe, nuestros, a veces, eficientes ediles han tratado y conseguido elevar la calidad de vida de esos vecinos. (Que a uno no le duelen las prendas en quedar prendado cuando llega la ocasión).
Como prendado se quedó,
un Arlequín de ajedrez,
cuando en el Hotel Suárez,
le ofrecieron Chocolate
(Y pensó; qué disparate!
Si solo quiero café!
Como en ese Matadero, donde el polvo viene del Polo, un Polo que es un latoso, y pestífero jumento, y del que, hasta los burros dicen: Joder, que mal le huele el aliento!.

Y en la gran hispanidad, donde no dan carnavales…pero sí mucho que hablar. Los Rosales, El Molino, Huerto Paco y Santa Marta. El Conquero y LA Merced…(Y no bebo un poco de agua…porque veo que no la han puesto, no porque no tenga sed!)

Y no, la verdad es, que no es por falta de lluvias lo que le pasa a nuestro Real Club Recreativo; al Recre, amigos, le llueve siempre sobre mojad; le llueven los goles, le llueven los negativos, le llueven las deudas…y a nosotros –sin coña- nos duele en el alma ver postrado al Decano de ese otro Gran Carnaval en que se ha convertido, por obra y gracia de gente tan íntegra y de moral tan exquisita como el Jesús Gil y Tal y Tal, por no extenderme al resto de la cuadrilla de picadores y banderilleros, defensas, medios…y delanteros.
Así es que, señoras y señores presentes y ausentes de esta sal…Perdón, ¿he dicho… sala, no?, sí, creo que sí. Bueno, pues cada vez que digo SALA me acuerdo de esa señora ( o locomotora averiada) que tiene la responsabilidad civil subsidiaria o no, de administrar los trenes baratos. Y como uno es de aquí y también de allí y del más allá –como acabaremos todos-, o sea de la Cuenca Minera, y el ferrocarril lo hemos mamao desde nuestra más tierna infancia, cuando empezamos a tener uso de razón y nos dimos cuenta de lo chulo que es el chaca chá del tren, pues estamos, estoy, y seguro que estaréis todos los carnavaleros, dispuestos a la guasa, al choteo y al pitorreo, pero no dispuestos a que doña Merceditas Salas nos deje sin la única vía férrea hacia el interior de una provincia harta de que se la den con queso, la desmantelen, la desvalijen y casi casi, la violen.
Así que…Merceditas: cambia de color! Y Alfonsito, si estás a su vera, ve y le dices: No la cierres mi amor!. Que un idilio de amor empezará a florecer, cuando reparen las vías que nos lleven rumbo a Zafra…en el cha ca chá del tren.

Un idilio de amor, carnavaleros; eso está pero que muy bien!. Amor…amor al Carnaval, amigos!. Amaos platónicamente si queréis, pero probad un poquito del pecado (venial, os lo aseguro) de la carne, carnavaleros míos, gente de la calle de la máscara y el disimulo; hermanos de los desamparados por la alegría y el buen humor; hermanitas de la caridad para los pobres de espíritu crítico!.
Amaos, como amáis el trajín en que os veo, ilusionados todo el año, estrujándoos la mollera, sacando canciones, inventando trajes de ensueño y practicando el cachondeo que, por consiguiente, (como diría nuestro sufrido Felipe, el de La Moncloa , con tan pocas ganas de coña marinera desde que el Amedo le dio por largar…lo suyo y lo ajeno) por consiguiente os digo, es, sois vosotros los que sacaréis adelante un Carnaval, que como la bolsa ( y otras cosas de cuyo miembro, -otra vez el miembro. No quiero acordarme) sube y baja , baja y sube, hasta que, si no se ejercita suficientemente, se le da el calor preciso y se mantiene fuerte y dura…(me refiero, claro está, a la idea de seguir adelante con la copla), el bajón es irreversible y cualquier carnavalero que esté entre los nueve y los ciento noventa años no me dejará por embustero, pendenciero y charlatán.
Es más, si me deja, pues eso: que se le seque la pirindola!
Además, amigos, ¿no siguen las romerías, los desfiles militares, florales o procesionales?. ¿No continúan impasibles el ademán las peregrinaciones al valle de cuyo nombre no quiero acordarme?. ¿Las visitas de la mozas a San Antonio, los benditos inocentes al Palmar de Troya o a Lourdes, para que los curen del mal de amores unas, o de todo mal otros?.

Pues vosotros necesitáis salir al aire!, a la luz pública, a las plazas ya las barriadas!.
A la calle que ya es hora…de soltar por esas boquitas de piñones…con ingenio y…con cojones!...las cuatro verdades del barquero, o sea, las cuatro o cinco verdades del choco carnavalero!.
Vicente Toti / 4 de Febrero de 1995
-Gran Teatro de Huelva-

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