CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"
PROCLAMA
Estos días de carnaval son un motivo más que justificado para deshacemos de los perjuicios y prejuicios que tanto nos abotargan y darle rienda suelta a nuestra imaginación, al desparpajo, la gracia, el chiste, la risa y las letrillas con doble intención que tanto nos divierte.
La mejor crónica de Carnaval se escribe sobre los renglones de las aceras, brincando el alfabeto con ironía por entre los recovecos de las charangas callejeras, los desfiles de mamarrachos iluminados por el colorín de los maquillajes.
No hay mejor inspiración que ver cómo unos y otros saltan y brincan de alegría sin motivo alguno y sin vergüenza torera debajo de su disfraz, contagiando a propios y extraños con su algarabía sin sentido.
Eso es carnaval del bueno, la máxima expresión de la fiesta...
Ésa es la fiesta que atrae a los vecinos de aquí y de otras tierras y hace que las tabernas, bodegas, chanipuzos, bares y bailes, freidurías, discotecas, pastelerías, comercios, terrazas, kiosquillos y chiringuitos se abran de par en par en busca del bullicio, la algarabía y el suculento pecunio que los libre de penurias.
No nos engañemos, así es carnaval que nos gusta y cualquier otro invento que se preste debe ir encaminado en esa dirección.
Tenemos la obligación de ser felices en Carnaval.
¡Seamos felices en Carnaval
pintarrajeando nuestra triste figura
y dejando de ser un reprimido carajote,
aferrado a tantas patrañas absurdas de los falsos ideales!
¡¡ La verdad está en la calle y la vergüenza en nuestros corazones ¡!
Liberemos nuestras pasiones, los tendones y la lengua.
Dejemos que la conciencia nos repruebe las insidias
cuando recobremos la cordura,
que ya habrá tiempo para ello,
pero ya será tarde
porque nuestros cuerpos y nuestras almas
habrán disfrutado lo suyo,
que para eso es Carnaval... ¡Leche!.
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