viernes, 8 de julio de 2011

2004-REVISTA OFICIAL "Saluda de la Diputación (II)"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas MIguel Hernández"
   Cuando aún no se han disipado del todo las brumas del sueño navideño; cuando todavía nos llegan débilmente los últimos ecos de los villancicos; cuando el trabajoso ascenso de la cuesta de enero nos recuerda los peligros de los excesos “y las alegrías que proporcionan”, el calendario, como si de un heraldo se tratara, nos anuncia la inminencia de otra celebración que necesita de nuestra participación y concurso: El Carnaval.

  
A lo largo de la Historia de todas las geografías dominadas por la cristiandad, estas fiestas suponían la gran ocasión para la búsqueda descarada de los placeres de la carne, del disfrute de los sentidos, antes de entrar en el tiempo de recogimiento, mortificación y ayuno a que obliga la Cuaresma. También el gran momento para la transgresión, la burla, el equívoco, la crítica… aprovechado por la gente común, a través de generaciones, para vengarse tímidamente de la adversidad, de la opresión, de la justicia… y sentirse libres por unos días, aunque para ello y paradójicamente, tuvieran que enfundarse de una piel distinta a la suya.

En este país sabemos mucho de eso, no en vano los períodos de libertad que se han podido disfrutar en el transcurrir de los siglos, han sido escasos y cortos. Todavía cercana sentimos, entre otras, la prohibición de los Carnavales en toda España, en una época en la que el miedo del poder imperante (político, económico, religioso…) eludía cualquier tipo de manifestación popular. Será con la llegada de la democracia, cuando retorne de nuevo la esencia del Carnaval en toda su extensión. La transgresión, la lucha por la libertad y la crítica al poder establecido vuelven a la calle, sin cortapisas, alejado, ya y para siempre, de las tijeras de los censores.

Afortunadamente, y con estos vientos más benignos soplando nuestras vidas, el Carnaval sigue siendo un espacio de culto a la sensualidad, un lugar de encuentro con los placeres, un desafío a la imaginación, una ventana abierta a la mirada crítica, una bocanada de aire fresco cargada de notas musicales ordenadas con mimo por los compositores y puestas al servicio del mensaje que quieren lanzarle los letristas.

Es este mi primer contacto con el mundo del Carnaval desde la responsabilidad del Área de Cultura de la Diputación Provincial, y quiero aprovecharlo para:

Felicitar por su entusiasmo, dedicación y entrega a todos los onubenses, sin distinción de sexo, raza o edad, que llevan meses trabajando para darnos lo mejor de si mismos durante estas fiestas y los concursos que le sirvan de prólogo. Extiendo esta felicitación a los miles de espontáneos que iluminarán las calles y plazas de nuestros pueblos con el colorido de sus disfraces.

Animar a reticentes y tímidos a dejarse tentar por la curiosidad y probar cuanto de bueno tiene el jugar a ser otro, aunque sea por un momento.

Agradecer a los responsables de la FOPAC el trabajo, el sacrificio, la generosidad que año tras año ponen al servicio de la comunidad carnavalera.

Y, como no, desear a todos y a todas el Carnaval más feliz.

Manuel Parralo Marcos / Vicepresidente de la Excma. Diputación Provincial de Huelva.

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