Este año, se cumplirán 30 desde aquel febrero en que un grupo de onubenses quisieron retomar las calles de Huelva inundándolas de colores y sonidos que ya casi habíamos olvidado y que solo pervivían en la mente y en los recuerdos de los más mayores.
La cabalgata del año 83, era la enérgica respuesta multitudinaria que tuvo como centro neurálgico (como no podía ser de otra manera) la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de nuestra capital. El por entonces primer edil, el socialista José Antonio Martín Rite, apostó por el resurgir del carnaval capitalino y puso al frente de todo el engranaje operativo a dos de sus bastiones de confianza, Oliva Tornero y Juan José Oña. Oliva y Juan José se rodearon de un grupo de desinteresados ciudadanos que demostraron e hicieron más veraz la famosa frase de “querer es poder”. Algunos de los que hicieron esto realidad ya no están entre nosotros y otros ya peinan canas, pero tanto a unos como a otros nunca los olvidaremos y nuestro agradecimiento será eterno.
La historia es imperturbable y aunque intenten confundirnos pese a quien pese son los padres de nuestro Carnaval Colombino.
Nuestra actual fiesta de febrero no pasa en la actualidad por sus mejores momentos, ni en el orden artístico, ni participativo, ni por supuesto económico, pero me parece una falta de cordura y acto de cobardía sin precedente, achacar los males de la fiesta a los derivados del factor económico (que por supuesto también influyen).
Si el Carnaval cumple 30 años en 2012, yo también cumpliré los 29 años de carnaval en el mismo año y creo que mi currículo carnavalero es tan amplio, en momentos y vivencias, como el de cualquiera de los que aún continúan al pie del cañón desde el año 83 y quizás tengo más vertientes y fundamentos que muchos de estos.
Sirva como ejemplo ser de los fundadores de la peña “Los Mosquitos ronchones”, peñista en la peña “La Máscara” y peña “La Colombina”, miembro de comisiones carnavaleras, regidor durante años de nuestro Gran Teatro, miembro de la F.O.P.A.C. componente de agrupaciones, quedar en 2º y 3º lugar en años alternativos en “Onubense del año” y junto a mi gran “AMIGO” y compañero “Roque Rodríguez Contreras”, director de programas, colaborador en prensa, radio y televisión, presentador y analista del Concurso de Agrupaciones. Todas estas hacen que me revele contra las voces de los mediocres y malintencionados farsantes.
En el orden económico, el Colombino tiene deudas contraídas de anteriores dirigentes de la F.O.P.A.C. y debido también a las promesas y compromisos no cumplidos. De no ser así las arcas carnavaleras tendrían superávit o cuando menos ninguna deuda.
A nivel federativo el carnaval está en manos de un grupo de valientes comandados por “Kiko Bogado”, voluntarios que se hicieron cargo de un colectivo con más detractores que adictos y se encontró con la cobarde renuncia de otras candidaturas horas antes de ser dudosamente votada.
Otro hándicap del Carnaval Colombino es el hecho de que todavía y después de 30 años, parte de la sociedad onubense sigue sin identificar la palabra Carnaval con Cultura y señas de identidad choqueras.
Por estos motivos y teniendo en cuenta que este año de elecciones en la F.O.P.A.C. cualquier candidatura (incluyendo la actual) que comparta mis ideas, para que esta deje de ser la Cenicienta de las fiestas de la capital, siempre contará con mi apoyo, el mío y el de otros muchos que amamos el Carnaval por encima de incompetentes y banales personajillos.
Antonio González Villa
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