Doce años y ya podemos decir que el Carnaval de Huelva tiene su mayoría de edad, encontrándose cada vez más consolidado. A ello, no solo ha contribuido el esfuerzo de unas personas que cada carnestolendas intentan organizarlo lo mejor posible, como son el equipo de la FOPAC, esperando que la tradición siga arraigando en la tierra y convirtiendo lo cotidiano en voces de alegría, fantasía, luz, color y arte. Sino que también tiene un papel muy importante el esfuerzo que realizan todas las agrupaciones, tanto como cuartetos, chirigotas, murgas o comparsas, ponen el alma desde que empiezan sus ensayos para lograr hacer realidad una ilusión, dar vida a un personaje, ponerle punta a una pluma, crear un disfraz que sale de unas mentes fantásticas y que muestran la imaginación de cuartetas de carnaval.
El Carnaval es una fuerza que durante unos días atrapa a todos los enamorados de la fantasía; incluso a los que no lo sienten, a los que nunca han participado en él, se meten un poco dentro de esta locura para actuar como son, no como tenemos que comportarnos. Durante el Carnaval nos quitamos la máscara de la vida diaria y nos sentimos nosotros mismos envueltos por otros personajes pregonando ilusiones deseadas. Desde hace unos años el Carnaval de Huelva tiene totalmente consolidado su parte creativa, de concurso, que se realiza con auténtico éxito en el Gran Teatro de la capital; sin embargo, los que no son amantes de este trabajo, demandan el Carnaval en la calle y ésta es la asignatura pendiente del Carnaval de Huelva. Asignatura que nos corresponde a todos darle un suficiente.
Siempre me habéis oído hablar en muchas ocasiones de la colaboración, del esfuerzo común. Esta también es una de ellas. Para que el Carnaval llegue a buen puerto, tenga un buen desarrollo, se palpe en las calles la historia de nuestra ciudad, a través de cuentos irónicos y emocionantes es necesario lograr que todos los onubenses entiendan que no es solo esfuerzo del Ayuntamiento, sino de todos los ciudadanos, de su participación, unidos a las peñas, a las asociaciones carnavaleras, etc… quien tiene que dar el pistoletazo de salida y, a la misma vez, participar en la competición. Es necesario que sea el pueblo el que diga lo que quiere, que muestre su cara de libertad y que se arriesguen durante estos días que duran las carnestolendas a reflejar su auténtico rostro.
Juan Ceada Infante
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