miércoles, 24 de junio de 2009

LA HOGUERA DE LAS VANIDADES

En http://www.andaluciainformacion.es/portada , anuncian un fin endémico a nuestro Carnaval, una noticia puramente alarmista que no va mas allá que de la noticia de una más que previsible dimisión de la Junta de Gobierno:

EN PELIGRO EL CARNAVAL COLOMBINO


Después de 26 años de existencia, el Carnaval Colombino “corre serio peligro” de desaparecer. Así lo anunciaron ayer a este periódico fuentes del Carnaval, que informaron de la dimisión en bloque de todos los miembros de la Fopac (Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval), tras la Asamblea Ordinaria celebrada la noche del pasado lunes, 22 de junio.

Juan Antonio Quintero, actual presidente dice adiós; María Ángeles Domínguez, relaciones públicas, dice adiós; Juan Franco, secretario, dice adiós; y Fernando Malmagro, vocal, dice adiós, lo que unido a los dos dimisiones anteriores de Rosa Reina y Antonio Prieto, hace que el Carnaval quede en manos de nadie y “sin que exista una previsión futura de que nadie quiera coger las riendas”.

Quintero arguyó “razones personales” para su dimisión, pero las fuentes carnavaleras aseguran que la principal causa de la desbandada carnavalera es la “deuda del Ayuntamiento con el Carnaval”, que asciende, según precisó a este periódico María Ángeles Domínguez, a 81.122 euros, correspondientes a la subvención consistorial a estas fiestas, y con los que la Fopac cubre los gastos de todo lo que conlleva la organización de estas fiestas: concurso de agrupaciones, cabalgata, damas, sedes.... El saldo bancario de la Fopac, una vez hecho el balance de cuentas de 2009 es de 712,95 euros.

Ante esto, la deuda contraída por la Fopac es algo más de lo que el Ayuntamiento le debe, llegando incluso a no haber pagado a las agrupaciones ganadoras en el concurso del pasado febrero, en las diferentes categorías, ni la cabalgata de calle. “Hay serio peligro de que esto se acabe, por la situación de crisis, por la poca implicación, por la desorganización, y porque nadie quiere apostar por el Carnaval”.

Así las cosas, mala cara tiene el enfermo, más cuando fuentes oficiales del la fiesta carnavalera onubense aseguran que “no hay previsión de que se formalicen nuevas candidaturas”, y de las pocas luces que se vislumbran en el negro horizonte carnavalero onubense es que se haga cargo una junta gestora. ¿Quién puede salvar esto? “Ahora mismo no lo sé”, aseguran fuentes de una fiesta que, parece, que entre todos la están matando, y ella sola empieza a tener síntomas de agonía.

El Ayuntamiento le debe 81.122 euros. Una de las principales causas de la actual agonía del Carnaval Colombino es que el consistorio de la capital no ha hecho efectivo el pago de la subvención de 81.122 euros con los que la Fopac hace frente a los gastos de la organización de la fiesta. Sin pagar a los grupos ganadores Entre la deuda contraída por la Fopac, destaca la que tiene con las agrupaciones que resultaron ganadoras en las diferentes categorías del concurso en la edición de este año, por lo que se hace difícil que quieran volver a concursar en una muestra sin liquidez.


LA HOGUERA DE LAS VANIDADES

Ayer, noche de San Juan, comencé a escribir una entrada que al final terminé por dejar como borrador, a la cual me remito hoy tras este artículo alarmista:

Hoy es "Noche de San Juan", la noche de las meigas como dicen los gallegos, y un rosario de hogueras, al igual que en el resto de España, recorrerá todo el litoral onubense.

En Huelva capital, también tenemos nuestra hoguera, la hoguera de las vanidades, por mor del destino esta noche convergen en similitud y en el tiempo la quema del Juanillo y la del Carnaval, bueno, más que del Carnaval de aquellos que llevaban las riendas.

Hoy después de la noticia de ayer, (la dimisión de la Junta Directiva de La FOPAC), por cierto una sorpresa ya sabida y destapada, me ha resultado como cuando te pones a ver una película y viene el de turno a fastidiarte contándote el final, porque lo de la dimisión estaba cantado antes de las elecciones del pasado año.

Dimitían antes de las elecciones, dimitían en plenas elecciones, dimitían antes del pasado septiembre, dimitían tras la Gala del 12 de octubre, dimitían a final de noviembre antes de ceder la calle, dimitían antes del concurso, dimitían durante el concurso y el día de la cabalgata, dimitían, dimitían, dimitían...pues dimitieron, y con la comodidad de la ausencia de quienes ellos han querido que estuviesen ausentes en la Asamblea, sin nadie que les incomodase a la hora de desviar la atención en más de un asunto.

Y es que por más que algún rumor de los que estuvieron presentes, la Plataforma no fue citada a la Asamblea, y quien diga que avisó... miente como un bellaco.

En la Asamblea al parecer se requirió de algún que otro dato que según la directiva no estaba en condiciones de responder, dejando el balón fuera del campo tras el despeje. Lo cierto es que estaban en condiciones de dar respuestas, ya que de todo estaban informados y por escrito, además de no tener ninguna duda al respecto de los movimientos de La Plataforma en el pasado Carnaval, pues de haber tenido alguna duda, es de suponer que la hubiesen planteado antes de la Asamblea a quien correspondía preguntar, máxime después de haber hecho hincapié desde La Plataforma para aclarar cualquier por menor.

Retomando el texto, y haciendo alusión a lo manifestado en Andalucía Información, he de decir que si han querido dimitir, es una decisión propia en la que solo entraré en parte, para preguntarme a mi mismo, y no a ellos, ¿porqué se presentaron?. Hace un año había una nueva opción, opción que con un juego poco apropiado consiguieron echar por tierra, y que ahora a una vuelta de rosca no es tan viable por motivos personales de tiempo y dedicación.

El retraso del pago de la subvención del Ayuntamiento no es motivo de abandono, pero viene bien ampararse en algo. El motivo podrá ser personal de su cabeza visible, podrá ser desgaste, desánimo o lo que les de la gana a ellos, pero no el dinero.
Todo el mundo es consciente del panorama económico actual, porque muchos los estamos viviendo de cerca, y los carnavaleros tienen dos dedos de frente para comprender un retraso en el pago dadas las circunstancias. Si tiramos de la manta de nuestra propia historia, nos podemos encontrar con situaciones de retraso que han llegado hasta el mes de septiembre, y eso sin haber crisis, pero a la Junta de aquel entonces no le dio por la dimisión... por que no era motivo e incluso quedó reflejado en las coplas del Carnaval siguiente.

No me cabe duda que nuestro Carnaval sabrá salvar los tiestos, con o sin Junta Directiva, con mayor o menor apoyo de los organismos oficiales, principalmente el Ayuntamiento y tener un nuevo resurgir para mejor, ya que gente con valía para ello tenemos dentro de la fiesta, y que el próximo año, todo esto será una parte más de la historia.

Para concluir lo haré como tenía pensado en un principio, rescatando las últimas líneas sobre el carnaval pasado, escritas en este blog bajo el título "MIERCOLES DE CENIZAS" y que como en la noche de San Juan termina con una hoguera, las de nuestras vanidades:

...¿Entierro o quema?, que mas da, la cuestión es acabar con el, al igual que se entierra lo muerto, lo que es presumible de descomposición, podredumbre o putrefacción. Al igual que se quema en la hoguera lo impuro, lo imperfecto y lo que nos ata a un mal endémico llamado Carnaval.

La hoguera está encendida, y lista para ser alimentada con las necedades oídas de todo un año, los despropósitos desmesurados, las envidias personales llevadas a colectivas por tanto Cid, el esfuerzo de nadar en un río seco, el amor no correspondido de una fiesta, las burreras que se pusieron los que no quisieron ver, el reloj que marcaba las prisas, las palabras mal entendidas y las mal dichas, las desconfianzas infundadas, el miedo a lo nuevo, el insultante anonimato...

.. y en la frontera donde concluyen las lágrimas, nace la nostalgia, mil y un recuerdos que algunos afanados, tratan de guardar en lo alto de un ropero, que por viejo peligra preso de la carcoma y del tiempo, unos recuerdos que amenazan con caer encima en cualquier momento.
"Carnaval" está harto de vivir en el recuerdo, siempre observado por alguna fotografía, siempre nombrado en un catálogo de "te quieros", y promesas incumplidas. "Carnaval", atiza esa hoguera con la tristeza de tantos años de parsimonia, su soledad callejera por el abandono de los que juraban su amor, y sus negras viudas se vuelven sombras que lo atemorizan al punto de su expiración.
Allí, de pié junto a la hoguera, en un infierno en llamas, veo como "Carnaval" se consume, rápido, imparable, sabedor de que su vida es imposible, y en ese momento, cuando cruje por última vez el fuego de su vida, entre el humo negro, volví a ver el humo de la fantasía, los castillos de humos que nadie quiere ver, y supe que "Carnaval", como fénix volvería a la vida, de entre sus ceniza
s, porque aún guarda halo de vida, un fragmento de esperanza, guarda sueños y aciertos, semillas y acuerdos.
"Carnaval" sabe que entre tantos cachivaches, en lo alto del ropero guarda una careta que ya no se pone porque no está de moda, sabe que en esa careta está la sonrisa perdida, la que le falta para llamarse de verdad "CARNAVAL", corre hacia a 2010, presurosa por colgársela y busca el encuentro con su propia realidad.

El Carnaval nace y muere, pero guarda, como dijo Hipócrates, "el arte es largo y la vida breve".

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