viernes, 30 de marzo de 2012

2012-Pregón de Jesús Manuel Perojil (Texto III)

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

  TERCERA PARTE

 Atención señores pasajeros:

   “El tren con destino al Carnaval 2002 va a efectuar su salida de la Estación de los Recuerdo”
¡Viajeros al tren!

   Querido diario:

   Hoy he perdido un vagón…o mejor dicho, hoy he perdido mi único vagón.
Hoy del tren de mi vida, se ha bajado en marcha aquel que la vida me dio.
Hoy ha hecho su último viaje, el que a viajar me enseñó, ha entrado en una vía muerta, se ha parado su motor. La honradez hecha persona, la humildad, la educación, amigo de sus amigos. Todo lo que tuvo, mientras pudo lo entregó.
   Bromista, extrovertido, generoso de corazón, a veces distante, distraído, sacrificado, trabajador, mi Universo, mi bandera, mi credo, mi religión, la corona que dio cuerda al reloj de mi corazón, las velas de este velero que hoy navega sin timón, con sus virtudes y defectos.

   El…que nunca me falló, era el ejemplo perfecto de lo que quiero ser yo. Hoy he perdido a mi padre, hoy me he enfadado con Dios y como no tengo otro idioma, le he compuesto esta canción:

   Tomando la guitarra que cuelga de su espalda, el pregonero toma el centro del escenario y entona este pasodoble dedicado con música de “Los Vázquez Street Boys”.



¿Por qué no has querido avisarme
ni decirme adiós siquiera?
¿Por qué no logro acostumbrarme
y a no tenerte a mi vera?
¿Por qué me siento “dolorío”?
¿Por qué tanto desconsuelo? ¿Por qué tu “viejito mío?,
¿Por qué no ha esperado el cielo?
¿Por qué este amargor y esta condena?
¿Por qué ahoga la pena? ¿Por qué quiero y no puedo?
¿Por qué tengo en el alma cadenas?
¿Por qué no hay sangre en tus venas?
¿Por qué olvidarte no quiero?
¿Por qué tuviste que sufrir tanto?
¿Por qué luchaste sin recompensa?
¿Por qué tu ausencia me tiene loco?
¿Por qué fue poquito a poco?
¿Por qué has perdido esta apuesta?
¿Por qué le pregunto a tu foto?
¿Por qué nadie me da una respuesta?
¿Por qué has dejado tan sola a mamá?
¿Por qué ya nada es igual? ¿Por qué está la casa vacía?
¿Por qué te busco y tu no estás aquí?
¿Por qué te ha tocado a ti? ¿Por qué te has ido mi vida?
¿Por qué solo me quedan tus recuerdos?
¿Por qué sin ti yo me pierdo?
¿Por qué lloraré a escondidas?
Di, ¿por qué siento un vacío que nadie va a llenar?
¿Por qué de donde has ido no puedes regresar?
¿Por qué has dejado en mi una huella que nunca morirá?
Di, ¿por qué me han robado tus besos?
¿Por qué ya tus brazos no acurrucan mi cuerpo?
¿Por qué me quedé sin tus consejos?
¿Por qué te siento? ¿Por qué estas cerca estando lejos?
¿Por qué te echaré de menos? ¿Por qué me haces esto?
¿Por qué tu hora llegó? ¿Por qué no he sido yo?
¿Por qué mi corazón ya no aguanta el dolor?
¿Por qué te has muerto?


   Jesuli claramente emocionado, entre los aplausos del público se dirige al atril, pero antes de proseguir y sobrecogido por el momento, se vuelve hacia el telón de fondo. Momento seguido, aunque para el tuvo que ser eterno, hace de tripas corazón para continuar con su oratoria.

   Eso fue un cuatro de enero y no recuerdo unas vísperas de Reyes tan crueles como aquellas, ese día dejé de creer en los Reyes Magos, en cambio… la estación se llenó de gente, muchísima gente, que quiso estar conmigo, a muchos los esperaba allí, a otros no y allí estuvieron, hubo algunos a los que esperé y no aparecieron… pero eso es lo de menos.

   “Si ha venido hasta el Alcalde”: dijo mi madre sorprendida de que este vagabundo de coplas pudiera por si mismo, aunque fuera por una circunstancia triste, congregar a tanta gente a su alrededor. Ese día, estaba orgulloso de pertenecer a este colectivo, a esta inmensa minoría de locos, que aún pensamos que esto del carnaval merece la pena. En esos momentos…te das cuenta de que somos muchos y que siempre estamos ahí…en lo bueno y en lo malo.

   Será por eso que no entiendo a los ingratos, que una vez dejan el carnaval, parece como si quisieran borrar su pasado, reniegan de ello, como si se avergonzaran de haber pertenecido a este mundo. Son los típicos que te preguntan, ¿todavía sigues saliendo?. Como si después de ellos ya no hubiera carnaval, como si se hubiera detenido el tiempo tras su marcha. Yo siempre suelo responder a esto con un escueto: si, sigo saliendo, ¿ y qué…?

   Es evidente que algo un supimos hacer bien, no supimos vender el producto cuando estábamos en tiempos de bonanza. En algo nos equivocamos cuando no supimos atraer al resto de la gente…quizás cerramos demasiado el círculo…nos emborrachamos de alegría, y no supimos sembrar para el mañana. Escogimos tirar sillas por los aires en el Andrés Estrada: antes de cuidar a la peña de Los Peques. Elegimos echar a los Independientes de la cabalgata: antes de abrirla para el pueblo. Elegimos echarle la culpa a las administraciones: en lugar de demostrarles que esto era importante. Perdimos amigos por la mierda de los premios: en lugar de tomarnos una cerveza juntos. Quisimos hacer de esto una fiesta privada…y así nos va ahora: buscando invitados para la fiesta.

   Este tren que durante años fue una máquina imparable, se ve ahora parando en estaciones vacías, buscando pasajeros nuevos: es como un retrato en sepia…con las mismas caras de antaño… Algunos van y vienen, otros nos hemos mantenido a lo largo del viaje…pero…casi nadie se sube ya al tren…Aunque ahora que lo recuerdo, hace tiempo se subió alguien muy especial…


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