sábado, 15 de marzo de 2008

QUEMADOS HASTA LA MUERTE

Al menos diez personas murieron en los disturbios de ayer en Lhasa, los peores en las dos últimas décadas acaecidos en el Tibet, informa hoy la agencia oficial china Xinhua.
"Las víctimas son todas civiles inocentes, que han sido quemados hasta la muerte", afirmaron fuentes no especificadas del Gobierno regional citadas por la agencia.Entre los fallecidos se encuentran dos empleados de hotel y dos propietarios de sendos negocios y según un alto cargo de la Oficina de Asuntos Exteriores de la Región Autónoma de Tibet, citado pero no identificado por la agencia, "ninguna de las víctimas es de nacionalidad extranjera".La emisora Radio Free Asia (RFA) informó ayer de la muerte de dos manifestantes por disparos de la Policía, aunque apuntó que la cifra real de víctimas podría ser mayor

A menos de cinco meses de los juegos de Pekín, la capital tibetana, Lhasa, explotó el viernes en una revuelta en absoluto espontánea, claramente promovida por el exilio tibetano, y basada en un descontento; autóctono, histórico y notorio. Tras cuatro días de protestas pacíficas, la violencia apareció como reacción a la detención de monjes. Un sector de la población tibetana estalló y la convirtió en revuelta, incendiando vehículos y comercios, e iniciando peleas con residentes y comerciantes chinos.

"La situación es muy caótica, están incendiando, coches, motos y autobuses, hay humo por todas partes y tiran piedras y se rompen ventanas", declaraba por la tarde del viernes un vecino tibetano. Los testimonios citaban peleas entre tibetanos y chinos Hui, de religión musulmana, usando piedras y cuchillos. La violencia se dirigía, sobre todo, a los chinos, declaró otro vecino. "Los Han están muy asustados, nos han recomendado no salir fuera", dijo.Según Radio Free Asia, un antiguo aparato de la CIA que tiene un servicio en tibetano muy popular entre los habitantes de la región autónoma, la policía mató a tiros a dos manifestantes. Las circunstancias se desconocen. Fuentes hospitalarias hablan de decenas de heridos. Dos monjes se cortaron las venas y su estado es grave. Los vuelos a Lhasa se han suspendido. Como es habitual, los informes de las cadenas globales de televisión, que se pueden ver en hoteles y residencias para extranjeros en China, eran cortados en cuanto comenzaban a hablar de Tibet. La agencia oficial Xinhua, informó escuetamente de los disturbios.Anoche las calles de la capital tibetana estaban desiertas y a oscuras –el suministro eléctrico se había cortado- con patrullas policiales y algunos blindados apostados junto al Potala, la antigua residencia del Dalai Lama, el máximo líder del exilio tibetano, cuya popularidad en Tibet es grande.

Lhasa no había visto nada igual desde hacía 19 años, cuando Hu Jintao, hoy presidente de China y entonces primera autoridad en Tibet, decretó la ley marcial en la ciudad.La protesta comenzó el lunes, cuando el exilio tibetano y sus partidarios en Occidente, iniciaron una campaña de acciones para divulgar su causa en vísperas de los juegos. En Lhasa, unos 300 monjes budistas salieron a la calle. Su marcha fue detenida por unos dos mil policías. Pedían el levantamiento de restricciones religiosas y la puesta en libertad de clérigos encarcelados. Los monjes pertenecían a tres monasterios de los alrededores de la capital; Drepung, Ganden y Sera. Se organizaron sentadas y algunos iniciaron huelga de hambre. El pistoletazo de salida de todo esto lo había dado, tres días antes, el propio Dalai Lama.El sonriente jefe religioso budista, que ayer llamaba a sus partidarios a no recurrir a la violencia, había pronunciado el viernes un discurso, inusitado por su beligerancia. Con el discurso se conmemoraba el 49 aniversario de la gran revuelta de Lhasa de marzo de 1959, cuando, siendo un joven, el Dalai Lama, enfundado en un grueso abrigo y un gorro de piel que le cubría hasta las orejas, escapó a caballo de Tibet, disfrazado y escoltado por un grupo armado de guerrilleros khampas (tibetanos del oeste) equipados por la CIA. Comenzaba así un largo exilio en India, que continua hoy. Aquel exilio conoció 25 años de guerrilla organizada y financiada por la CIA con la bendición del Dalai Lama, que hasta 1974 recibió un sueldo mensual de 15.000 dólares directamente de la Agencia. La guerrilla fracasó -solo sirvió para enloquecer aún más la política del maoísmo en Tibet- y concluyó por completo en cuanto Estados Unidos restableció sus relaciones con Mao, con el objetivo de incrementar la presión contra la URSS.

Años más tarde, en 1989, el año de Tiananmen, al Dalai Lama se le concedió un Premio Nóbel de la Paz. Durante todos esos años, China fracasó en Tíbet. Su política contribuyó a crear una conciencia nacional tibetana, apenas existente en los años cincuenta, cuando entró en el territorio con tres ejércitos, uno de los cuales iba mandado por Deng Xiaoping. En los ochenta, China se disculpó ante los tibetanos por sus fracasos allá, especialmente los de la Revolución Cultural. Las cosas mejoraron, pero no se llegó a una reconciliación con el exilio del Dalai Lama, clave para una normalización. En su discurso del viernes el líder tibetano en el exilio describió la política china como, "de represión, brutalidad, con grandes violaciones de derechos humanos, negación de libertades religiosas y politización de los asuntos religiosos". "Desde hace cerca de seis décadas, los tibetanos han tenido que vivir en un estado de miedo constante bajo la represión china", dijo el Dalai Lama, que hoy tiene 72 años. A continuación, lanzó un guiño a sus partidarios para que utilicen los juegos de Pekín para denunciar a China:"Además de enviar a sus atletas, la comunidad internacional debería recordar estas cuestiones al gobierno chino", dijo. "China debe comportarse como un buen anfitrión olímpico, garantizando esas libertades", añadió…Lo que está claro es que sin una directiva de Dharamsala (India), donde vive el Dalai Lama, las manifestaciones de Lhasa, y de otras localidades tibetanas de las que apenas llegan noticias, así como de zonas tibetanas de las provincias de Gansú y Qinhai, no habrían tenido lugar.

El descontento de la población tibetana es bastante amplio, pero desde la revuelta de 1989, las manifestaciones eran raras, porque se intentaba evitar una confrontación directa por la que en Tíbet se paga, siempre, un precio muy alto de cárcel y malos tratos.Lo determinante es que desde hace dos años, Pekín y el exilio tibetano han roto el diálogo. En ese contexto, aparecen los juegos de Pekín que incluyen el paseo de la antorcha olímpica por Tibet y su ascensión al Everest. Es un recuerdo de la pertenencia de Tibet a China que hiere sobremanera al exilio, donde se contempla con nerviosismo cómo envejece el Dalai Lama, sin que su política, relativamente conciliadora, de frutos. Una nueva generación pide un activismo mas decidido y radical, lo que no significa un regreso a la guerrilla, el fantasma frecuentemente evocado por algunos observadores sensacionalistas.La campaña del exilio pretende actuar contra la fiesta china y reivindicar el problema, no resuelto, de Tibet. Incluye una marcha de protesta en India, manifestaciones en Nepal y una antorcha olímpica paralela reclamando su causa. "Los juegos son una oportunidad inmejorable para nosotros", ha dicho un portavoz de "Tibet Libre" con sede en Londres. Pero en India y Nepal, los marchistas y manifestantes han sido detenidos -más de un centenar-, China ha cerrado el Everest hasta el 10 de mayo para impedir sorpresas. El gobierno de Nepal está estudiando sumarse al cierre. La política china de visados, antes muy liberal, se ha endurecido un poco, para complicar la afluencia de activistas que quieran presentarse en Pekín con pancartas... Este tira y afloja, apenas acaba de comenzar y subirá de tono. Es solo uno de los muchos desafíos que China afronta con los juegos; los nacionalistas musulmanes de Xinjiang, a los que se atribuyen dudosos atentados y conspiraciones, los activistas de la secta Falun gong, artistas de Hollywod -incluidos algunos que ponen música al imperialismo- que acusan a China de desmanes en Darfur, y oneges y activistas internacionales de los derechos humanos que esgrimen largas listas de atropellos completamente reales.

Es difícil pronosticar qué saldrá de todo esto.El portavoz del Ministerio de Exteriores chino Qin Gang, ha acusado a "los grupos del Dalai Lama" de los disturbios de Lhasa. "Estamos decididos a oponernos a cualquier conspiración que intente separar a Tibet de China", ha dicho. Estados Unidos -que hace unos meses inició la emisión vía satélite de programas de televisión en tibetano en Tibet- y la Unión Europea, han apelado a China a mostrar "contención" y a retomar el diálogo con el Dalai Lama.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) aprobaron hoy por unanimidad un texto de condena a China por la detención de manifestantes a favor de la libertad del Tíbet, y han pedido su inmediata puesta en libertad, informó el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner.Se trata de una "fuerte condena" propuesta por la Presidencia eslovena de turno, que no menciona posibles consecuencias para la celebración de los juegos Olímpicos de Pekín, afirmó Kouchner tras la Cumbre de Primavera de la UE.Francia no es favorable al boicot de este acontecimiento, pero sí a "aprovechar la concomitancia de los Juegos Olímpicos y la aspiración tibetana", dijo el ministro. El texto pide "contención" y que "los derechos del hombre sean vigilados".El ministro esloveno de Exteriores, Dimitrij Rupel, anunció que la presidencia de turno de la UE divulgará próximamente una declaración en nombre de los Veintisiete, en la que se instará al Gobierno chino a que "atienda las preocupaciones de los tibetanos acerca de cuestiones como los derechos humanos". Los disturbios se han reproducido a lo largo del día y en estos momentos las calles de Lhasa están bloqueadas, mientras los trabajadores permanecen en el interior de sus oficinas, añadió otra fuente testimonial.

Por su parte, éste ha llamado a sus partidarios a la paz y la no violencia. La primera crisis vinculada a los juegos de Pekín y a la imagen de China en el mundo, ya ha tenido un resultado: la revuelta de Lhasa.
"La represión continúa aumentando con múltiples, inimaginables y burdas violaciones de los derechos humanos, la negación de la libertad religiosa y la politización de los asuntos religiosos", afirmó el líder espiritual con ocasión de la señalada fecha.

En medio del silencio del Gobierno chino, la agencia Xinhua se ha erigido en portavoz oficial de lo que sucede en Lhasa, aunque sus informaciones no ofrecen detalles de los disturbios. Según testigos citados por Xinhua, diversas tiendas y vehículos fueran incendiados a lo largo de las dos calles principales de la ciudad y alrededor del templo de Jokhang, el monasterio de Ramogia y el mercado de Chomsikgang. La emisora estadounidense Radio Free Asia informó de que dos monjes del monasterio de Drepung, donde comenzaron las protestas junto al de Sera, están en estado crítico tras intentar cortarse las venas, mientras un centenar en el de Gande han iniciado una huelga de hambre en protesta por la represión china. Por su parte, un residente en Lhasa citado en un popular 'blog' chino en internet explicó que a lo largo de la tarde los vehículos de la policía y los bomberos se han agolpado en el templo de Jokhang, en medio del sonido de los tiroteos. Las tropas del Ejército de Liberación Popular chino ocuparon el Tíbet en 1951 para acabar con el sistema "feudal y esclavista" que, según Pekín, imperaba en la región. La última "insurrección" en el Tíbet contra el Gobierno chino tuvo lugar en 1989 y comenzó también un 10 de marzo en honor de la fallida revuelta de 1959, la cual dejó más de 10.000 muertos y obligó a emigrar a unos 100.000 tibetanos junto al Dalai Lama. La rebelión de 1989, que dejó varias decenas de muertos, llevó al Gobierno chino a declarar la ley marcial durante trece meses. Por aquel entonces, el actual presidente del país, Hu Jintao, era secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) en Tíbet, la máxima autoridad en la región.

Aún no se conoce una reacción oficial del Gobierno chino, inmerso en los preparativos de los Juegos Olímpicos en Pekín, que tendrán lugar el próximo mes de agosto. No obstante, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo hoy que no disponen de más información que la ofrecida ayer por uno de sus portavoces, quien aseguró que la situación estaba controlada y que las protestas eran una "argucia estúpida" del Dalai Lama. Por su parte, la Policía de Lhasa afirmó a Efe que no cuentan con datos sobre lo ocurrido, lo mismo que el ayuntamiento y el Ministerio de Seguridad Pública.

La habitual censura del Gobierno chino sobre los medios de comunicación extranjeros se ha reforzado y afecta especialmente a cadenas de televisión como la CNN, la BBC o TV5, que no pueden ofrecer imágenes.

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