lunes, 29 de diciembre de 2008

PEPE EL MARINERO

José Mora Valencia, popularmente conocido como “Pepe El Marinero”, nació en Huelva en 1879 y residió siempre en el Paseo de la Independencia, número 33.

Extremadamente obeso, cuando iba al cine ocupaba dos asientos, y ante una buena y abundante comida le chispeaban los ojos de alegría. Su familia nos contó una anécdota que prueba la gran capacidad que poseía de ingerir alimentos. Así, un domingo por la noche le pusieron de cena coles. S negó en redondo a comerlas. A la mañana siguiente, le pusieron de desayuno el mismo plato de coles de la noche anterior y siguió en su negativa. Lo mismo ocurrió en el almuerzo y en la cena, así como en el desayuno, almuerzo y cena del siguiente día. Al tercer día, miércoles, siguieron poniéndole las mismas coles en el desayuno. Al mediodía accedió a comerlas, a condición que le pusieran las comidas (desayunos, almuerzos y cenas) de lunes, martes y miércoles. Todo este gran caudal de alimentos lo consumió ante los ojos desorbitados por la sorpresa de sus familiares.

En otra oportunidad ganó una apuesta de devorar en una sola comida doce melones y doce bollos.
Era un hombre de ama plácida y serena que gozaba de la estación general. Era rociero hasta lo más hondo de su ser y muy hábil en todo en lo que significaba manualidades. Así, adornaba con chapas y plásticos de vistosos colores, los camiones que, al día siguiente, partirían hacia el Rocío. Era un placer hacer el camino con el: el deleite y simpatía de su conversación, su ingenio artesano y su bondad, convertían su proximidad en convivencia e intimidad afectuosa.

Se ganaba el sustento dedicándose a la marinería con su embarcación “Pulguita” y tenía relación comercial, ya título de amistad, con “El Chinguito” y “El Chumi”, dueños de galeones que eran los que le traían las sardinas. Posteriormente, carros tirados por mulos se acercaban a “La Bajamar” para recoger los frutos del mar obtenidos, coleando aun, de la poza que tenía José Mora.
Era un hombre tan simpático, que ante sus graciosas salidas no había quien no se desternillase de risa, porque una cosa era contarlo y otra vez oír a “Pepe el Marinero”.

En la taberna cercana a su domicilio, siempre rodeado de amigos que terminaban irremediablemente riendo a carcajadas, era habitual escuchar sus anécdotas, sus aventuras, surgidas de su mucho viajar por la mar, tales como aquella que contaba de cómo cogió un limón (chino) por la coleta salvándolo…

Tanto en alta mar como en la playa de la Glorieta, salvó a muchas personas de perecer ahogadas, por ello, se le concedieron varias medallas. De el se llegó a decir “que tiraba la gente al agua para después sacarla”.

Hacia 1900 estuvo tres años en Madrid como miembro de la escolta real. Durante esta estancia en la capital de España se disfrazó en carnestolendas de pato. Portaba un ingenioso aparato que cuando era accionado disparaba caramelos. Ni decir tiene que los niños iban en bandada alrededor de el.
Contaba con especial orgullo que en una oportunidad iba por el palacio real comiéndose un cartucho lleno de churros, cuando pasó a su lado la Reina Regente. El le ofreció muy gentilmente uno de los “calentitos”. Ella aceptó diciéndole: “Pepe está exquisito”.
Pepe solía hacer arroz con leche. Después, reunía a todos los niños de los alrededores y ¡hala! A darse el banquetazo. También solía ir acompañado de un enjambre de niños, a hacer “safari”. Se acercaba, provisto de un pincho, al almacén de trigo que poseía y a ensartar ratas ante la algarabía de la gente menuda.

En 1919 el popular “Marinero” recorrió las calles con un soberbio auto H.P. de un “burro” (oculto) de fuerza. Ya antes, en 1916, llamó la atención un yate, carro o lo que fuera con motor animal tripulado por este simpático “Marinero” y varios niños.

La leyenda carnavalera del célebre “Marinero” triunfó sobre el transcurrir del tiempo. Así, Moreno Ortigosa lo recordaba en las páginas del diario “Odiel” el día 3 de Marzo de 1957: “…Solía recorrer las calles alguna que otra comparsa de “Trochos”, que cantaban coplas en la que se satirizaba todo: Costumbres, modas y políticas, y era “taxativo” que , “El Marinero”, que aún vive, sorprendiera a la gente con alguna carroza ingeniosa, de la que era el propio tripulante…”.

“Pepe El Marinero” murió en su ciudad natal el 12 de enero de 1965.




Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva -1989 / A. J. Martínez Navarro

1 comentario:

Unknown dijo...

De Pepe el marinero tengo más información de su historia cuando estuvo cómo es corta real del rey Alfonso 13 también sé que estando en palacio un infante jugando en el balcón se precipito al vacío ye lo cogió en el vuelo esta información la tengo directa porque soy un familiar directo de José Mora Valencia Pepe el marinero

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