lunes, 19 de octubre de 2009

1895-CARNAVAL DE HUELVA (III) "Domingo de Piñata"

El cierre del Carnaval de 1895 se producía el domingo de Piñata, 4 de marzo.

Ha sido el primer día del año que corre que podemos calificar de brillante y hermoso. ¡¡¡Ni una nube lo empañó!!!.
Son pocas tres admiraciones para tan gran día, porque se puede asegurar que todos los onubenses, por lo menos, quedaron al despertar admirados de día tan hermoso.
Excusado sería relatar la inmensa alegría que reinó ayer en Huelva, sumida desde hace tres meses en nubes y agua, con un día tan superior como el domingo. (Aún estaba por llegar la riada del día 10).



Desde primeras horas de la mañana hasta las últimas de la noche, las calles de la capital fueron un inmenso manicomio, y principalmente la de la Concepción, que tomó el animado y pintoresco aspecto de otros años antes que se estableciera la costumbre de tirar confetis a los balcones, costumbre que vino a dar al traste con el paseo en dicha calle, y que por fortuna ayer volvió  a su antiguo estado, gracias al bando de la Alcaldía, que tuvieron a bien respetarlo.

Casi todas las comparsas de los días de Carnaval recorrieron ayer las calles de modo bien original.
Por discusiones entre los asociados de cada una de las comparsas, se habían dividido y separado, uniéndose los discordes de una a otra y viceversa: así que siete chinos iban unidos a catorce amas de cría, y cinco negritos con unos cuantos marineros, y así sucesivamente. Los que continuaban en indisolubles lazos fueron "Los Pelmas".
La Tuna Andaluza, compuesta por de más de cuarenta individuos, recorrió las calles, postulando para el objeto benéfico.

Los bailes

Desde muy antiguo es ya sabido que los bailes de Piñata son los más animados en Huelva, lo mismo los del Círculo Mercantil que los del Casino de Artesanos y la Cooperativa.
Todos estuvieron animadísimos, y no terminaron hasta cerca del día, dejando a los jóvenes de ambos sexos gratos recuerdos y no pocas esperanzas de que se realicen promesas hechas durante un rigodón o las vueltas del vals. Promesas que lleva el viento, dirán algunas jóvenes desconfiadas. Ya vendrá el cura, les decimos nosotros; que más matrimonios hace un día de Carnaval que una cuaresma entera.


El Carnaval y la beneficencia

Algunos de los actos que se hacían por aquél entonces por el colectivo carnavalero, iban enfocados a recoger efectivo para los pobres, así en el presente Carnaval, el Casino de Artesanos propició una colecta entre sus socios para ser repartidas entre los más necesitados el Domingo de Piñata. Y la estudiantina "Tuna Andaluza", lo que hoy sería un coro, recorrió las calles de la capital con el mismo propósito. Como anécdota, esta, a fin de que la colecta fuese a parar a manos acertadas, los necesitados por el efecto del temporal, el dinero solicitó se depositase en las casillas de beneficencia del Ayuntamiento, cuyas llaves obraban en poder exclusivo del Sr. Alcalde. Esta medida de celo no iba dirigida a la incuestionable honradez de los miembros de la estudiantina, sino más bien como llamada de atención hacia otras agrupaciones que hacían colecta para repartirse entre ellos lo recaudado en beneficio propio. 

Las bromas.

Antes y durante el Carnaval, las bromas seguían haciendo de las suyas en la ciudad de Huelva, unas inocentes y otras no tanto, caso de una que terminó con los autores en el cuartelillo.
Al parecer, unos jóvenes ataron un alambre en los topes que impiden el paso de vehículos por la calle de la Concepción viniendo desde la Placeta, a la espera de que algún alma despistada pasase, ya en horas nocturnas, y enganchase sus pies en el alambre. Más de uno fue al suelo, produciendo lesiones entre los sorprendidos caminantes. La nota característica es que aquellos que no cayeron en la trampa se sumaron a la broma, jaleando y riendo la gracia de tan mala idea.

¡¡Pues vaya unas bromas delicadas y cultas, poner los medios para que el prójimo se rompa la crisma, y reírse, aplaudir y silbar cuando esto sucedía!!" , bromas de chiquillos y propias de la época de carnaval.   

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