
La segunda vez que me disfracé, fue algunos años después en Portugal, si, si, en Portugal y en pleno verano. Iba con cuatro amigos y vimos un cartel de una discoteca que anunciaba “Gran Bacanal Romana” o algo así para esa noche. Nos miramos todos y dijimos: “a la Bacanal habrá que ir disfrazados de romanos”, así que nos disfrazamos con las toallas y sábanas del hotel. A las 22,00 h. estábamos los cinco en la puerta de la discoteca vestidos como auténticos senadores romanos. Como el cartel estaba escrito en portugués, no debimos enterarnos muy bien, ya que fuimos los únicos que nos disfrazamos en toda la discoteca además de los camareros. Eso sí, entramos gratis y nos invitaron a algunas copas, vamos que al final nos mereció la pena disfrazarnos porque lo pasamos en grande.
Después de eso me he disfrazado muchas veces, unas de mamarracho y otras de figurín con trajes de categoría, pero en todas las ocasiones me he divertido y me he quitado la careta de seriedad que nos da la vida, por lo que por unos días cada cual sea lo que quiera ser, ya sea un pingüino, un romano, un…
Así que un feliz carnaval y que todos disfrutéis como hemos disfrutado organizando nuestra fiesta.
Emilio Gutiérrez Rebollo
Presidente F.O.P.A.C.
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