Recuerdo que ese año se engancharon a esto del Carnaval todos los amigotes del barrio que vio crecer, hasta el punto que al año siguiente tuvimos que hacer una chirigota para que todos pudiéramos cantar. Dicha chirigota se llamó “Te la cogemos los viernes” y no os podéis hacer una idea de lo que disfrutamos ese año vestidos de niñas de botellón.
Hoy, diecinueve años después de haber escuchado aquella cinta, he pasado por esta fiesta como espectador, cuartetero, chirigotero, autor, compositor, director y hasta de jurado… y me llama la atención que, lo que me quedo de este mundillo es el haber vivido momentos increíbles como los del cuarto de ensayo con mis compañeros, la hora previa de subirme a las tablas del Gran Teatro y respirar el ambiente de esos camerinos, la convivencia con compañeros de otras agrupaciones en sus locales, los ensayos generales, mis primeras cabalgatas, mis primeros entierros del choco, las puestas del público del teatro en pie con algunas letras de nuestros pasodobles, la sensación que te invade cuando estas cantando el final del popurrí, las noches en la carpa tras actuaciones de las agrupaciones…pero sobre todo, me quedo con haber conocido a tantísimas personas, de las cuales algunas nunca podré sacar de lo más profundo de mi corazón. A todo el que a formado parte de mi vida carnavalera, un millón de gracias.
Manuel Jesús León Gómez
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