La tarea va a ser muy difícil y de ello soy consciente, pues estoy convencido que los carnavaleros esperan muchísimo de mí e esta faceta, y no sé si voy a estar a la altura de las circunstancias, lo que si debe tener todo el mundo claro, es que voy a echar toda la carne en el asador e intentar dar un pregón con todo el cariño que le suelo poner a las cosas donde me meto (y lo hago hasta en los charcos), y muy especialmente con unas fiestas que llevo dentro y que tantas satisfacciones me ha proporcionado.
Desvelar de que va a ir el pregón, creo que no estaría bien, por eso no voy a hacerlo, aunque sí voy a apuntar que será crítico con las personas e instituciones que no le prestan la atención debida a una fiesta como los carnavales y que obviamente sí deberían estar más volcados por su condición en los cargos públicos que representan y desempeñan.
En definitiva, que espero recibir el cariño y a la comprensión de todos los carnvaleros y, por supuesto, que como en los viejos tiempos, se ponga el cartel de “no hay billetes” en la Casa Colón, lo cual demostraría que nuestras fiestas tienen el 31 de enero de 1998 un nuevo punto de partida para que podamos seguir diciendo a los cuatro vientos y sin ningún tipo de rubor que, le pese a quien le pese, tenemos con diferencia LOS MEJORES CARNAVALES DEL MUNDO, con cuyo lema, el mismo día del pregón, a todos los que asistan al mismo se les entregará gratis una insignia y que únicamente tendrán como recuerdo los que sean tan pacientes de aguantarme dando el “mitin” durante unos 20 minutos aproximadamente.
FELIZ CARNAVAL A TODOS
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