domingo, 22 de mayo de 2016

2001-REVISTA OFICIAL "A las agrupaciones participantes"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Sirva esta historia de agradecimiento a todas las agrupaciones que van a participar en el Concurso del Carnaval Colombino 2001, y muy especialmente a aquellas agrupaciones infantiles que aunque fuera de concurso nos deleitarán igualmente, nuestro más sincero agradecimiento por vuestra participación, de toda la Junta Directiva de la FOPAC.

¿Quién dijo que en Marte no hay arte? Los Bromistas, pues en martes comenzará nuestro concurso, como si de El Gran Hermano se tratara en Huelva La Marinera.

En Febrero Desde El Tirol, vendrá El Mercader de La Trastienda con El Baúl, para montar un Pasillo comedia cuando llegue a La Final y, tras sacar El Disfraz de Los Demonios que tienen los cuernos retorcios lo mismo que tu marío, y el de Los Feos, cuando entre La Madrugá y esté presente El Príncipe de las tinieblas, avisarán a Los Alumbraos para formar una Perlita de Juerga con los Chiqinalays y evitar así las Amistades peligrosas, pues será mejor que haya un Bendito momento antes que montar La Guerrillera. Mientras tanto Marque el 802 y se la llevaremos con mucho dolor , porque Vengo de gris, no me pongas negro, que Si antes lo subimos antes nos lo bajan a La Amolaera de La Abadía de El Sur, donde sonará una Humilde Melodía interpretada por Un cuarteto pa matarse, porque Quién dijo que el cuarteto no tiene cura, que escucharán Los Borjamari sentaditos en la Arena para no tener Los Hennias de disco, y al final de nuestra historia que Dios Salve al Rey por esa Qué pedazo de corte.

Sine Iure.

miércoles, 18 de mayo de 2016

2001-REVISTA OFICIAL "Diputación"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Para hablar de Carnaval bastaría con describir cualquiera de las estampas que tienen lugar por estas fechas en las calles y plazas de nuestros pueblos; en cada rincón de esta provincia que se ilumina de repente con la sana alegría que irradia la celebración de estas fiestas, instaladas en algún rincón del subconsciente colectivo desde tiempo inmemorial. O contar cualquiera de las innumerables anécdotas surgidas alrededor de esta celebración: unas de antes que la dictadura abriese el largo túnel de silencios con la que se pretendió acallar la voz de nuestras gentes; otras, mucho más recientes, una vez recuperada para nuestro regocijo desde los ayuntamientos democráticos. Y sería suficiente.

Sin embargo, hablar del Carnaval solo desde estas perspectivas, sería pecar de tacañería y supondría un flaco favor a los hombres y mujeres de Huelva que llevan meses preparando su participación.

Por eso, hablar de Carnaval, supone también; hacerse del espíritu de compromiso que anima a quienes, desde los escenarios de toda la provincia, cantan las verdades del barquero al lucero del alba si es preciso; reconocer la creatividad de nuestra gente puesta de manifiesto, tanto en la calidad de las músicas y letras que llenan los aires de Huelva, y que son capaces de pervivir en el tiempo instaladas en el acervo de un pueblo que las hace suyas para siempre, como en la belleza e imaginación que se nos muestran en disfraces, puestas en escena, decorados, carrozas… surgidas del espíritu creador de nuestros paisanos y que, como las canciones, acaban viviendo en el recuerdo de los carnavaleros. Hablar de Carnaval, es también hablar de tradiciones que superan fronteras y de la cultura que las mantiene vivas enriqueciéndolas año tras año.

Por eso, no podemos ni debemos circunscribir el Carnaval al momento en que la alegría cobra vida que se transubstancia en cada uno de los elementos que conducen al gozo. El Carnaval es, felizmente, mucho más.

José Cejudo Sánchez
Presidente Excma. Diputación Huelva

lunes, 9 de mayo de 2016

2001-REVISTA OFICIAL "Un nuevo y consolidado Carnaval Colombino"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Es tiempo de embrujo y de magia; de cuplés, de pasodobles y popurrí; de disfraces y máscaras; de convivencia y amistad; es tiempo de Carnaval.

La gran familia carnavalera de Huelva tiene ya todo dispuesto para vivir, ahora sí, el primer Carnaval Colombio del nuevo milenio. Un Carnaval que está preparado para comenzar una nueva etapa, dejara tras los reiterados deseos de consolidación y recuperación y mostrarse, de una vez por todas, tal y como es: un gran Carnaval, consolidado y sin complejos, capaz de ponerse a la altura de cualquier otro evento de similares características; un Carnaval que no quiere parecerse a ningún otro y cuyo futuro y continua superación está garantizado gracias a miles de onubenses que sienten en sus corazones y trabajan todo el año por esta fiesta de la alegría, de la agudeza y del ingenio; del color, la fantasía y la imaginación.

El Carnaval Colombino cuenta ya con todos los requisitos necesarios para instituirse como un gran acontecimiento: Presentación, Elección y Coronación de las Choqueras Mayor e Infantil, Pregón, Concurso de Agrupaciones, Fuegos Artificiales… Pero sobre todo cuenta con su gente, con los onubenses que viven nuestro Carnaval, que se sienten orgullosos de el y que transmiten a los más pequeños esta tradición. Huelva tiene ya, e inaugura con el nuevo milenio, un nuevo y consolidado Carnaval Colombino.

Un año más, el Ayuntamiento de Huelva ha colaborado estrechamente con la Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval. Desde el Área de Cultura y Festejos, el Ayuntamiento de Huelva, trabaja para ofrecer a los onubenses una amplia oferta cultural y festiva, con el objetivo de incentivar a los ciudadanos e invitarles a salir a la calle y participar. El Carnaval es una fiesta que tiene como principal escenario la calle, que inunda todos los rincones de la ciudad de color, de alegría y buen humor. El objetivo es común y la oportunidad inmejorable, por ello, el Ayuntamiento de Huelva pone cada año todos sus medios al servicio de la FOPAC, Porque ellos son los organizadores, los artífices y cauce necesario para la participación de todos los onubenses. Con este deseo compartido de que Huelva entera salga a la calle dispuesta a vivir ay a disfrutar de este gran acontecimiento, solo queda desea a todos los onubenses, un ¡FELIZ CARNAVAL COLOMBINO 2001!

Manuel Remesal Rodríguez
Teniente Alcalde Delegado del Área de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Huelva

lunes, 2 de mayo de 2016

2001-REVISTA OFICIAL "¡Esto es Carnaval!"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Ya se respira por las calles de Huelva el ambiente de alegría, algarabía. Ya se escuchan los ecos de las letrillas que no dejan títere con cabeza, que le cantan, con humor y gran imaginación, a la vida misma.

Todo está, pues, preparado para recibir como se merece a este gran acontecimiento. Que canten las murgas y chirigotas; que desfilen las carrozas, salpicadas por la belleza de la reina y damas del Carnaval; que bailen las máscaras; que lloren las viudas en el Entierro del Choco, último suspiro de la fiesta.

El Ayuntamiento, consciente de que el Carnaval es un evento hecho por el pueblo y para el pueblo, no duda en apoyar y colaborar con la Federación Onubense de Peñas y Asociaciones de Carnaval (FOPAC), alma y vida del Carnaval de Huelva. Su trabajo, silencioso a lo largo del año, se transforma en el más ruidoso de todos los posibles durante la celebración de esta fiesta, alentando a los onubenses a participar e implicarse en ella bajo la careta del esperpento.
El reinado de Don Carnal impera en estos días con todo su esplendor. Disfrutemos de el como lo hacemos siempre con todas nuestras fiestas, costumbres y tradiiones.

Pedro Rodríguez González
Alcalde de Huelva

domingo, 1 de mayo de 2016

2010-CARNAVAL EN LA CINTA

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"



Actuación de las Agrupaciones Antológicas de Huelva "Los Ciquitraque" y "Los Colonistas" en las Veladas de La Cinta de 2010.
8 de Septiembre.

sábado, 30 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "A las agrupaciones del Carnaval Colombino"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Erase una vez una historia que decía así:

En el puente de los suspiros con una fatiguita de muerte estaban los aburríos de la orilla del río, y los pecadores de la pradera con un punto de locura, porque una moja muy ye-ye y dos niños que pa qué, habían sido escupidos del cielo. Los forasteros dieron tiempo al tiempo hilvanando ilusiones y con una cuadrilla de forcados de Joao Portiño y los pistoleros hicieron una de guerrilla con el clan de los Mac´arras para entrar en la casa del terror del centinela, donde unos polizones, te lo juro, salieron como temblarios. Fue una paranoyix de tangaos por la maldición del trotamundos, pero los cabezas con un proyecto x hicieron gente de paz. Hubo dragones y mazmorras, que no Josefa balcones y cotorras, porque Casanova y el Victoria fueron al cabaret de Guadalupe la noche de blues y desde el cuarto dijeron; no salimos ni locos, auqnue vengan los judíos con los niños cantores de la viena grande, porque como alquimistas seremos los dueños del tiempo.

Yo me parto el culo en el Carnaval, porque quién me iba a decir a mí que íbamos allegar al 2000.

“IJI ARZA”

La Junta Directiva
F.O.P.A.C.

martes, 26 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Vicepresidenta de la Diputación"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

Como ocurriera en otros muchos lugares de España, en Huelva, el despertar democrático de finales de los años setenta se manifestó, entre otras muchas maneras, en una sana e inmensa alegría de vivir. Los años anteriores al desencanto político, en aún parece permanecer parte de nuestra sociedad, desempolvaron viejas tradiciones, aletargadas y larvadas durante el franquismo, que hacían de vehículo casi espontáneo a la libertad y la alegría. En el Carnaval confluían ambas posibilidades básicas. Desde 1936, cuando fue posible disfrazarse fue a hurtadillas, recluida la fiesta en locales cerrados. Los primeros años de democracia sacaron el Carnaval a la luz, a la calle. Durante décadas, la historia del viejo Carnaval onubense había estado marcada por la permanente lucha entre los colectivos partidarios de esta fiesta, que frecuentemente eran acusados de cometer excesos y desordenes bajo el anonimato de disfraces y máscaras, y las constantes prohibiciones de las autoridades locales para evitar estos “desmanes”. El control desapareció con los nuevos tiempos y los carnavaleros pasaron a ser de repente ciudadanos normales y nada sospechosos de subvertir el orden.

Conviene no olvidar nunca este origen democrático en la recuperación de la fiesta. Pues, aún antes de las dificultades de franquismo, los carnavaleros siempre tuvieron enfrente al clero y al sector más conservador de la sociedad que, en función del eco de sus principios tuvieron entre los representantes políticos de la ciudad, los llevaron a épocas de mayor o menor esplendor.

Ya en 1815 el Ayuntamiento de Huelva asumió e hizo pública una Real Orden en la que decía que “El Rey quiere que se renueven las leyes y disposiciones reales prohibitivas de máscaras”. Como cabía esperar quienes salen especialmente malparadas son las mujeres, a las que el bando, en su artículo tercero, prohibía: “el andar de día disfrazadas y con careta por las calles y plazas… Las que infrinjan esta determinación serán detenidas”. La mano conservadora se dejaba notar también en la prohibición expresa del “uso de trajes sacerdotales, órdenes religiosas y eclesiásticas”.

A pesar de todo el Carnaval de Huelva sobrevivió hasta que la feroz oposición del clero, el ambiente político, la censura sobre la prensa y la guerra civil se encargaron de arrinconarlo. Tímidamente y con ciertos titubeos fue resurgiendo desde los primeros años ochenta. Gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de entonces, algunos colectivos ciudadanos le dieron el impulso definitivo al Carnaval de hoy. La organización de festejos y el esquema de aquellos años, en sus líneas generales, sigue estando vigente.

Recuperación real y feliz de un espacio para el jolgorio y la denuncia del mejor tiempo, el tiempo de la libertad, en donde los ciudadanos asumen la crítica de la vida cotidiana como algo que les es consustancial, y a lo que, además, tienen derecho; al menos durante los días en que llenan plazas y callejones con sus tangos y cuplés, con sus pasodobles y “popurríes”, con sus historias vividas e inventadas, no importa, porque constituyen un exponente más de nuestra realidad. Por ello, en el Concurso Provincial de Agrupaciones se podrían mostrar las setenta y nueve maneras de interpretar en nuestros días el Carnaval. Los referentes han cambiado, pero no tanto como para ver a lo lejos al primer sentido de esta fiesta.

Amelia León Gómez
Vicepresidenta de la Diputación Provincial de Huelva
y Diputada de Cultura y Asuntos Sociales

domingo, 24 de abril de 2016

2000-REVISTA OFICIAL "Presidente de la Diputación"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO "Por Blas Miguel Hernández"

En su amplio sentido, el Carnaval coincide con el solsticio de invierno y la peregrinación que realiza la Naturaleza buscando la primavera, la estación del amor en la que todas las fuerzas y energías renuevan la vida física y psíquica.

Los romanos lo festejaron con las Saturnales, en diciembre, y las Lupercales, en febrero. El cristianismo asimiló estas y otras fiestas paganas de invierno, las reestructuró y acomodó a su calendario enmarcándolas en rituales de la llamada “Risa Pascual”. En medio situó la Epifanía (6 de enero), la fiesta de San Antonio Abad (17 de enero) o San Sebastián (20 de enero), según los casos, y la Candelaria (2 de febrero).

Desde que se instauró la democracia en España, el Carnaval parece haber recobrado viejas fuerzas y hoy se advierte un resurgir canavalero que alcanza incluso hasta donde es posible que no fuera muy habitual su celebración. Pero hay que desengañarse: el Carnaval en su sentido más primigenio no pasa por su mejor momento. Si hacemos caso a los etnólogos tan prestigiosos como Julio Caro Baroja, el laicismo burocrático y la secularización profana de la vida cotidiana han cercenado el hondo significado social y psicológico del Carnaval:

<Mientras el hombre ha creído, de una u otra forma, que su vida estaba sometida a fuerzas sobrenaturales –escribía Caro Baroja-, el Carnaval ha sido posible. Desde el momento en que todo se reglamenta, hasta la diversión, sigueindo criterios políticos y concejiles, atendiendo a ideas de “orden social”, “buen gusto”, etc…, el Carnaval no puede ser más que una máquina de diversión de casino pretencioso. Todos sus encantos y turbulencias se acabaron>, sobre todo, añado yo, cuando el concepto de la fiesta y de la misma historia se simplifican, se trivializan, por ciertos grupos políticos hasta convertir en auténticas pantomimas un proceso tan rico, complejo y variado.

Franco Cardini, por su lado, también opina que el racionalismo y la desacralización del mundo ha desvirtuado el Carnaval. Con toda ironía comenta que agoniza desde que la Cuaresma murió hace tiempo y <quien aborrece el arenque, manjar frugal, antiestético y maloliente, está destinado a descubrir tarde o temprano que la salchicha contiene toxinas y colesterol>.

La visión lineal del tiempo, que sustituye el carácter cíclico tradicional, con una concepción sacra del transcurso de las estaciones, provoca la pérdida de la efectividad psicológica, de desahogo colectivo, que caracterizó al Carnaval. Los tiempos modernos, la era de la informática y el cronómetro, tienden a igualar el tiempo festivo y el cotidiano, a confundirlos.

<La diferencia entre las actitudes cotidianas y las festivas –señala el antropólogo italiano- van borrándose; la gente vive cada vez más la realidad del reposo como un hecho individual. Las tensiones se relajan, en tanto que la fiesta, por el contrario, es u tiempo de intensidades, una ocasión en la que no se reposa, sino que se fatiga>.

Pese a todo el inconsciente colectivo y el personal aprovechan los rituales carnavaleros de este resurgimiento. En el ciclo carnavalesco se ha venido unificando la religiosidad popular con lo festivo, pero también con la farsa y lo dionisíaco. El Carnaval es la fiesta de la burla, la broma, la algazara, la chanza, la risa, la parodia y el humor. Durante el Carnaval se relativiza jocosamente cualquier orden o jerarquía en favor de la risa, que como ha desvelado M. Bachtin, es un factor social revolucionario: <El poder, la violencia, la autoridad, nunca hablan la lengua de la risa, La risa es una victoria sobre el miedo moral, el miedo ante el tabú, lo prohibido sacralizado. Gracias a ella todo lo amenazador queda transformado en cómico, y lo terrible se convierte en alegre espantajo>.

Se busca así el equilibrio social, como se pone de manifiesto el Miércoles de Ceniza. Todo vuelve a su orden y cada estamento social recobra su lugar, como lo indicaba un programa de los Carnavales de un pequeño pueblo castellano: >Todo pasa. Al final, da el pobre con su pobreza, torna el rico a su riqueza, el cura vuelve a sus misas, el currante a su currelo y el parado a su rutina>.

El simbolismo arque típico es claro: con el Carnaval muerto, sacrificado cual “chivo expiatorio”, renace el pueblo y desaparece la crudeza del invierno con sus limitaciones. El Carnaval muere llevándose consigo todos los pecados y males del pueblo. El “orden” vuelve a imponerse.

José Cejudo Sánchez
Presidente de la Diputación Provincial de Huelva


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