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domingo, 26 de abril de 2009

"LAMPARILLA"


Manuel Toscano Quintero, "Lamparilla", nació en Huelva en 1896. Vivió en la calle Fray Juan Pérez, segunda transversal y ejerció como barbero, primero en el Pinar de Balbueno, después en la calle San Sebastián, frente al bar del "Salao".


(Antigua calle de San Sebastián)

Era una persona que, por su buen humor, mantenía relaciones tanto con la gente humilde como con la alta sociedad onubense de la época. Tenía mucho carisma y se apreciaba tanto que era invitado a ir a la Feria de Sevilla, a la Romería del Rocío, etc.


Imitaba fascinantemente a toda clase de animales y se hacia el muerto con tal perfección que realmente lo parecía. Era único haciendo el papel de afeminado.
Fue letrista de murgas y comparsas desde 1915 ó 1916 hasta su muerte.

Durante mucho tiempo consiguió hacer reir con su ingenio, con su visión cariturista de la vida, con su presonalidad de Petronio trasplantado de la Roma Imperial , a la Huelva carnavalera de los años veinte; por ello, su entierro, acaecido en su ciudad de nacimiento el día 13 de junio de 1939, se constituyó en una gran manifestación de duelo.





Fuente:"Aquellos incomparables Carnavales de Huelva" /Antonio J. Martínez Navarro /1988

martes, 21 de abril de 2009

"EL PIOSA"

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBINO: "Por Blas Miguel Hernández"

"Piosa el del bombo", era un hombre ingeniosísimo que participó activamente en nuestros carnavales en el período de 1910 a 1936.




Manirroto en las tabernas, en cambio daba gusto escucharlo hablar por su simpatía y ocurrencias.
Se llamaba José Piosa Villanueva, era hijo de Huelva, ciudad en la que había nacido al romper el siglo XX, y era de cuerpo menudo. Poco agraciado de rostro, ganó un "Concurso de feos", que se celebró en el Cinema Park.Por este motivo no nos debe extrañar que le cantaran aquella canción que decía:

Les presentamos al "Piosa",
el más sinverguenza de la Humanidad,
no hay más que verle la cara:
asusta a la Virgen que está en el altar.

En el cementerio nuevo
entró una mañana,
se había equivocado,
se levantaron los muertos
de los sepulcros aterrorizados...

Desde el día que su madre lo parió,
¡pobrecita!, que desconsolada quedó.
Se advierte al que esté junto a el:
¡cuidadito, no se lo vaya a comer!.


Se narran muchas anécdotas del "Piosa". Así, se cuenta que entró en una ocasión montado en un burro al Teatro Mora. En otra, organizó una bufonada que logró un éxito enorme. Terminaron los invitados cantando por las calles a grito vivo con el consiguiente escándalo que se formó...

Se conocen pocos datos personales de "El Piosa". Ya hemos citado su patria chica y sabemos que participó durante la contienda civil en cuestiones políticas, que solicitó ir al frente y alcanzó el grado de sargento.

Como carnavalero siempre salió en alguna murga: "Los ministros vagos", "Los maestros regaeras"... En ocasiones, iba disfrazado solo. Un año hizo de Abd-el-Krim, demostrando que el turbante no hace al moro, ya que hacía caso omiso a las indicaciones del Corán, bebiendo vino, comiendo magnífico chorizo y saboreando una magnífica pipa. Otro año salió de militar decimonónico; en verdad soldado poco bizarro por su inexistente esbeltez y raro por lo desordenado de sus actos...

José Piosa falleció en nuestra ciudad el día 18 de noviembre de 1968.




Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva / A. José Martínez Navarro / 1988.

martes, 27 de enero de 2009

"PEPE MINIÑO"


Era un conocido letrista y maestro de murgas que vivió en la barriada de Las Colonias, en el paraje denominado "La Restinga", grupo de viviendas de categoría social simiar a los "Chorritos", en la primera mitad del siglo pasado.

En unión de otro tan cachondo como el, al que apodaban "El Holandés", cada año salían representando una pareja de flamencos, con guitarra y palillos.

"Pepe Miniño" iba disfrazado de gitana, su amigo de señorito andaluz.

viernes, 23 de enero de 2009

"EL COMÍA"

Francisco mora Pinzón, "El Comía", nació en Huelva en 1910 y vivió en el saleroso barrio del Matadero, calle Palos número 36 y en la barriada del Rocío. Era albañil y en esa especialidad trabajo durante muchos años con Claudio Saavedra.


El apodo le viene por herencia ya que su abuelo, Francisco Mora Díaz, perdió el juicio y su monomanía era pensar que se moriría de hambre. De ahí que le dijera a todo aquel que viese: ¡Por favor, dame un poquito de "comía"!, y con esta denominación se quedaron el y sus hijos.


"El Comía",persona en la que concurría la gracia, los buenos toques carnavaleros, el continente y el señorío en el don de provocar la risa, salió en varias murgas, destacando su participación en la titulada "Los ratones Mickey", cuya canción de presentación decía así:


"Saludos a los Mickey con orgullo,
Huelva chiquita, de corazón,
el tercio del pueblo que rodea
siendo envidia de la nación.


Son tus mujeres las mejores de España entera,
son tus hombres de gran conciencia
nobles hasta lo último de su ser"

domingo, 4 de enero de 2009

LEBRON




Lebrón era el propietario , en la década de los años treinta y cuarenta, de una taberna situada en el barrio del Matadero, exactamente en la calle Escultora Miss Whitney, frente al paso de nivel del ferrocarril.



Todos los niños salían vestidos de zíngaro y, en compañía de un niño disfrazado de mono con piel auténtica de conejo lo llevaba encadenado haciéndolo bailar. Como curiosidad el pgo que le hacía a los padres del niño de turno era tres pesetas diarias.

Otros años, salió con su acostumbrado disfraz pero, en estas oportunidades, llevaba a un hombre disfrazado de oso "encadenado el terrible animal", lo hacía bailar.



Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva - 1989 / A.J. Martínez Navarro

jueves, 1 de enero de 2009

BALTASAR

CARNAVAL HUELVA / CARNAVAL COLOMBIO "Por Blas Miguel Hernández"
Baltasar Gonzalez, nació en Villablanca en 1888, y falleció en Huelva el 14 de Febrero de 1972.


Propietario de una tienda en la calle Arquitecto Pérez Carasa, esquina a la de Miguel Redondo. Esta tienda proveía a la chiquillería de Huelva de todos los artefactos habidos y por haber para su diversión y no es fácil de imaginar con detalle dichos artículos por que por muy grande que fuera la imaginación infantil, el lo tenía todo. En tiempo de carnestolendas era también el comercio mejor surtido.

Baltasar solía confeccionar chistes como aquello que le sacaba a "Joselito", un personaje popular del diario madrileño "La Voz" y que exponía en el escaparate de su tienda, así como algunos anuncios como estos:

¿Con que te lavas la cara
que tan guapísima estás?:
Con jabón de hiel de vaca
del que vende Baltasar.

Del santo de la calle Enmedio
al Cristo de la calle Colón (actual Palos Ftra)
le compran a Baltasar
las pesetas de jamón.

Cabe decir que muchas personas iban a ver todos los días que tenía Baltasar en el escaparate. Era este un hombre ocurrente que con su carácter jovial hacía reír a la gente. Por el puro placer de la sana alegría, ausente de malicia, tenía bautizados a todos sus clientes. Así, un legañoso era el "Marqués de Vistahermosa"; la esposa creída de un albañil la titulaba "Marquesa del Palaustre". También existían "Doña Lamento", "Doña Miseria", "Las de Caín", "El Caballero de la Triste Figura", "Doña Meneo"... A aquel vendedor ambulante y afeminado que voceaba la venta de ¡Caballa!, ¡Caballa!...lo imitaba con un ¡Qué vaya...!, ¡Qué vaya...!.


Hombre de arraigada fe, organizó en compañía de D. Gaspar Blanco y el Sr. Saavedra, en los difíciles tiempos republicanos, una procesión por las calles de Huelva. Cuando Alloza, el fotógrafo, desde un balcón de un principal, le hizo a la Virgen del Mayor Dolor una foto empleando magnesio, el resplandor y el ruido de esa técnica hizo creer a todo el mundo que había explotado una de las anunciadas bombas. Como resultado del estruendo huyó la gente despavorida quedando el paso solo.

Como carnavalero, Baltasar se disfrazaba todos los años. Se recuerda uno que iba de "enano" con su canasta de colá. En otro, se vistió de maharajá o príncipe hindú. Asimiló el papel fielmente: iba por la calle con un rostro que parecía abandonarse a la beatitud asiática, inpecablemente vestido, con el atuendo y turbante blancos y con una tenue coloración en su rostro. Ni su propia novia lo reconoció. Sin duda diría: -¿quién es este Khrisna?.
En otro carnaval se caracterizó de "Pamplinas" (traje, camuflaje, palidez facial, etc.), el personaje que inmortalizara Buster Keaton. Lo imitó a la perfección en la voz y en los gestos, de tal forma que llevaba detrás una muchedumbre esperando que se quitara el disfraz, ya que a las seis de la tarde la orden gubernamental así lo exigía. Cuando el gentío descubrió que era el popular Baltasar irrumpió en una atronadora ovación. Honor merecido.

Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva - 1989 /A.J. Martínez Navarro.

lunes, 29 de diciembre de 2008

PEPE EL MARINERO

José Mora Valencia, popularmente conocido como “Pepe El Marinero”, nació en Huelva en 1879 y residió siempre en el Paseo de la Independencia, número 33.

Extremadamente obeso, cuando iba al cine ocupaba dos asientos, y ante una buena y abundante comida le chispeaban los ojos de alegría. Su familia nos contó una anécdota que prueba la gran capacidad que poseía de ingerir alimentos. Así, un domingo por la noche le pusieron de cena coles. S negó en redondo a comerlas. A la mañana siguiente, le pusieron de desayuno el mismo plato de coles de la noche anterior y siguió en su negativa. Lo mismo ocurrió en el almuerzo y en la cena, así como en el desayuno, almuerzo y cena del siguiente día. Al tercer día, miércoles, siguieron poniéndole las mismas coles en el desayuno. Al mediodía accedió a comerlas, a condición que le pusieran las comidas (desayunos, almuerzos y cenas) de lunes, martes y miércoles. Todo este gran caudal de alimentos lo consumió ante los ojos desorbitados por la sorpresa de sus familiares.

En otra oportunidad ganó una apuesta de devorar en una sola comida doce melones y doce bollos.
Era un hombre de ama plácida y serena que gozaba de la estación general. Era rociero hasta lo más hondo de su ser y muy hábil en todo en lo que significaba manualidades. Así, adornaba con chapas y plásticos de vistosos colores, los camiones que, al día siguiente, partirían hacia el Rocío. Era un placer hacer el camino con el: el deleite y simpatía de su conversación, su ingenio artesano y su bondad, convertían su proximidad en convivencia e intimidad afectuosa.

Se ganaba el sustento dedicándose a la marinería con su embarcación “Pulguita” y tenía relación comercial, ya título de amistad, con “El Chinguito” y “El Chumi”, dueños de galeones que eran los que le traían las sardinas. Posteriormente, carros tirados por mulos se acercaban a “La Bajamar” para recoger los frutos del mar obtenidos, coleando aun, de la poza que tenía José Mora.
Era un hombre tan simpático, que ante sus graciosas salidas no había quien no se desternillase de risa, porque una cosa era contarlo y otra vez oír a “Pepe el Marinero”.

En la taberna cercana a su domicilio, siempre rodeado de amigos que terminaban irremediablemente riendo a carcajadas, era habitual escuchar sus anécdotas, sus aventuras, surgidas de su mucho viajar por la mar, tales como aquella que contaba de cómo cogió un limón (chino) por la coleta salvándolo…

Tanto en alta mar como en la playa de la Glorieta, salvó a muchas personas de perecer ahogadas, por ello, se le concedieron varias medallas. De el se llegó a decir “que tiraba la gente al agua para después sacarla”.

Hacia 1900 estuvo tres años en Madrid como miembro de la escolta real. Durante esta estancia en la capital de España se disfrazó en carnestolendas de pato. Portaba un ingenioso aparato que cuando era accionado disparaba caramelos. Ni decir tiene que los niños iban en bandada alrededor de el.
Contaba con especial orgullo que en una oportunidad iba por el palacio real comiéndose un cartucho lleno de churros, cuando pasó a su lado la Reina Regente. El le ofreció muy gentilmente uno de los “calentitos”. Ella aceptó diciéndole: “Pepe está exquisito”.
Pepe solía hacer arroz con leche. Después, reunía a todos los niños de los alrededores y ¡hala! A darse el banquetazo. También solía ir acompañado de un enjambre de niños, a hacer “safari”. Se acercaba, provisto de un pincho, al almacén de trigo que poseía y a ensartar ratas ante la algarabía de la gente menuda.

En 1919 el popular “Marinero” recorrió las calles con un soberbio auto H.P. de un “burro” (oculto) de fuerza. Ya antes, en 1916, llamó la atención un yate, carro o lo que fuera con motor animal tripulado por este simpático “Marinero” y varios niños.

La leyenda carnavalera del célebre “Marinero” triunfó sobre el transcurrir del tiempo. Así, Moreno Ortigosa lo recordaba en las páginas del diario “Odiel” el día 3 de Marzo de 1957: “…Solía recorrer las calles alguna que otra comparsa de “Trochos”, que cantaban coplas en la que se satirizaba todo: Costumbres, modas y políticas, y era “taxativo” que , “El Marinero”, que aún vive, sorprendiera a la gente con alguna carroza ingeniosa, de la que era el propio tripulante…”.

“Pepe El Marinero” murió en su ciudad natal el 12 de enero de 1965.




Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva -1989 / A. J. Martínez Navarro

domingo, 28 de diciembre de 2008

BLAS "EL PREDICADOR"


Anécdota de pura ley es la vida, minuto a minuto, hora a hora, de aquel carnavalero llamado Blas “El Predicador”, que por su simpatía y sus ocurrencias ganó fama perpetua a los ojos, siempre celosos, de dama tan exigente como es la Historia.

Blas fue uno de los personajes más populares de la Huelva “fin de siécle”. La voz popular le daba el apodo de “El Predicador” por asistir a toda manifestación religiosa y por representar este papel con suma gracia en cada carnestolendas.
Poco se sabe del árbol genealógico del personaje en cuestión, de su origen, de su profesión y de sus amoríos.

Debió nacer, aproximadamente, en la década de los años cuarenta del siglo XIX.
Se sabe que era un trasnochador empedernido que solía terminar la velada en el Café “Nuevo Mundo” con las gentes de postín: todos se timaban por convidarlo.
En Febrero de 1887 se inserta en las páginas de “La Provincia” que “El celebérrimo Blas fue conducido a la cárcel por haber querido pegar a una mujer”.

En alas de la imaginación, hagamos una descripción de sus ser en épocas dedicadas al Carnaval:
Vestido con severa y negra sotana, que en la parte central lleva una franja roja, como corresponde a la distinción de alto dignatario eclesiástico, Blas iría bendiciendo a todo ser viviente que se le cruzara, y con gestos desmesurados ahuyentaría al diablo de forma tan divertida que los presentes tendrían que reír a más no poder…
En suma, por sus gracias y apegos a las carnestolendas, Blas fue un dios bufón del carnaval antiguo de Huelva.

Para terminar este breve bosquejo biográfico, conozcamos un poco más al personaje a través de una anécdota que apareció en las páginas del diario “La Provincia” del día 18 de Marzo de 1893:
“Ayer domingo, acudió mucha gente a la primera misa que se dio en la iglesia de San Pedro, tanta, que el templo se llenó, y Blas y algunos otros que llegaron por los pelos, tuvieron que quedarse a la puerta porque les era imposible penetrar. Al poco rato llegó una señora jadeante y muy sofocada que preguntó a los que estaban en la puerta:
-¿Está muy adelantada la misa?
-¿Llego todavía a tiempo?
A lo que contestó Blas:
-“Señora, llega usted a lo mejor, porque ahora va el primer “trinquis”.


Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva -1989 / A. J. Martínez Navarro.

viernes, 26 de diciembre de 2008

EL CAMARON

Antonio Infantes Gutiérrez, el celebérrimo "Camarón", llamado así por lo menudo de cuerpo que era, nació en Huelva en 1887 y trabajó, como maquinista de locomotora, durante muchos años en el Muelle Alto hasta que por la nefasta consecuencia de una huelga fue despedido y tuvo que ejercer en oficios ambulantes como vendedor de helados y frutos secos, de mariscos, rifador de diversos artículos, pintor y un largo etcétera.

Era amigo de todos los clásicos carnavaleros onubenses como "Mingorance", "El Cartayero", "El Cano", etc.
La imaginación y la fantasía tenía sus asientos y tronos en lo más profundo, principal y pintiparado del alma de nuestro buen "Camarón", en su forma de vestir (chaqueta de color, filos de las solapas,bolsillos y puños de las mangas con estrecha franja dorada; otros con levita, bastón y sombrero de copa) y en las actuaciones que protagonizaba, que no había habilidad carnavalera en la que no descollase.

Su imaginación le ofrecía por verdadero todo cuanto hacía y su fantasía lo ponía en el papel del personaje que interpretaba.. Así, por el barrio del Matadero (vivió muchos años en la antigua calle Almirante Vierna y actual calle Maestro Salvador López), se le vio con una maleta y un metro midiendo las fachadas. En otra oportunidad se disfrazó de niño llorón, se metió en un carrito de mano y en compañía del que representaba el papel de niñera se paseó por toda Huelva. A la altura de la tienda de comestibles "La Hildita", en la calle Señas (actual Pérez Carasa), vivía el entonces alcalde de Huelva, Sr. Vázquez Zafra que estaba disfrutando en su balcón de las delicias del Carnaval; viéndole le dijo:
¡¡Hijo, que gracia tienes!! -y le arrojó veinte duros.

Fue un hombre tan popular que hasta le hicieron una coplilla, por cierto bastante mala, que se cantaba en aquellos carnavales y decía así:

El de los platillos
le llaman "El Camarón",
que aunque algunos no lo crean
desde chiquito le entró la afición
del baile del kakewar.
Y en Sevilla un noche debutó
y un lechero le tiró una bota
que lo dejó mortal...

Algunos días de la semana concurría en dos tabernas llamadas "La Parra Chica" y "La Parra Grande" que estaban ubicadas en la Plaza del Bacalao (actual Quintero Báez, "La Palmera").
En varias ocasiones salió en tiempos de carnestolendas, con una jaula forrada de papel fino. Todos esperaban que les mostrara un pajarillo y empezaban las caracajadas cuando en su interior veían una alpargata.

A pesar de la prohibición de los Carnavales en Huelva, "El Camarón" siguió celebrándolos. Así, en los años cincuenta seguía vistiendo de fantasía durante el efímero reinado del dios de la carátula.
También causó impacto cuando en tiempo de carnaval recorrió las principales calles con un burrito de cartón decorado con tapones o latillas de cerveza. "El portaba sombrero, zapatos y espolinas también de cartón".

Antonio Infantes Gutiérrez, "El Camarón" falleció en Huelva el día 3 de Mayo de 1968.





Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva - 1989 / A. J. Martínez Navarro.

martes, 23 de diciembre de 2008

MACAO

Manuel Rodríguez Cruz, "Macao", nació en 1879 en Cádiz y falleció en nuestra ciudad el 10 de Noviembre de 1946.


A los diez años empieza a participar en el mundo del Carnaval con el grupo "Los Valientes", ocho harapientos con calzón corto, trusa (gregüescos o calzones muy anchos que se usaron en el siglo XVII y que llegaba hasta la mitad del muslo), gola y bonete.


El apodo le viene por tradición desde su abuelo paterno: este marchó a trabajar a la isla de Macao y cuando regresó "Macao" le empezaron a llamar, "Macao" llamaron a su padre, "Macao" lo llamaron a el, "Macao" siguieron llamando a su hijo, fallecido en Huelva en 1991 ó 1992, y "Macao" han seguido llamando a las siguientes generaciones.


Su profesión era electricista aunque, en ocasiones, le sonriera la diosa Fortuna por su inteligencia comercial. En la parcela de los negocios tuvo su época de esplendor de 1901 a 1905 en que llegó a poseer varios barcos en los que dio la vuelta al mundo. Este período lo vivió en Larache (Marruecos). Pero era un industrial harto singular: con la misma facilidad que conseguía amasar una fortuna la dilapidaba, cosa que hizo en varias ocasiones.


Era un hombre que nunca quiso estar sujeto a las normas sociales. Así se vestía a su apetencia, esto es, sin tener que ver nada con nadie. Le daba igual que no conjuntara elementos y colores de su indumentaria o portar prendas impecables y remendadas al mismo tiempo. Estaba tan aferrado a sus convicciones que era independiente como un cántabro.


Fue un hombre que siempre dijo la verdad. Esto le hizo tener que emigrar de Huelva en varias ocasiones por motivos políticos, aunque esta misma veracidad también la empleaba en alabar acciones de aquellas personas que no coincidían con su doctrina política. Esta conducta hizo que fuese respetado hasta por sus rivales.


Siguiendo con su bosquejo carnavalero, "Macao" participó más tarde con "Los Peruanos", "Los Viejos del Asueto", "Los Barquilleros", "El barco de pesca" (parodia de una embarcación solitaria de lona que llegó a Huelva, en 1892, tripulada por el Capitán Andrews desde Nueva York para participar en los actos conmemorativos del IV Centenario del Descubrimiento).


En la década de los años veinte, en Marruecos, organizó y participó en una comparsa que hizo historia, por dos veces, en este Carnaval: "Las trece regiones de España", ya que luego volvió a salir con el mismo nombre y temas en el Carnaval onubense. Pero detengámonos para apreciar la calidad de estas dos comparsas: Cada participante personalizaba cada una de las regiones y llevaba el traje e instrumento musical característico de la región. Así, en un alarde de minuciosidad, se veía la gaita y el tambor por Asturias y Galicia; las castañuelas, andaluzas; el pandero, vascongado; la dulzaina por Valencia, la tenora y la grulla por Cataluña; en representación de toda España la guitarra. A los trece miembros se les sumaba el muchacho que representaba España y que portaba un globo terráqueo, que hablaba de la universalidad de su país.

Por la calidad de sus voces, sus atuendos originales y minuciosamente exactos, su música y sus letras y un largo etcétera, a este grupo se le reconoció un alto grado de calidad.

Que sea una de sus letras quien nos avale este aserto:


"Cuando hizo Dios a nuestro mundo
según cuenta la historia sagrada
su trabajo tan bello y fecundo,
fue reproducido todo de la nada.
Cuando tuvo ya los materiales
puso entonces primer construcción
para envidia de muchos mortales
la grandeza de nuestra nación,
y cogiendo un trozo de cielo
le dio la alegría al pueblo español.

Corales y perlas divinas
son las cosas que Dios empleó,
y esta obra que Dios hizo,
donde puso tanto esmero
la trajo del paraíso
solo para regalársela
al pueblo íbero.
Y así lloran las naciones
y sienten tanta tristeza
porque en España y sus regiones
todo es alegría
y todo es belleza."



En 1935 salió en la comparsa "Los tontos del Círculo". Al año siguiente, participó y fue letrista de "Los Pilotos Marinos"; el director de esta agrupación era el célebre Claudio González "Mingorance".

"Macao" además de ser consumado letrista o compositor, fue director y organizador de varios grupos carvalitos. Veamos unos cuantos cuartetos de tan completo creador, aunque es el libro titulado "Aquellos incomparables Carnavales de Huelva" donde se puede comprobar su riqueza letrística:


"Huelva fue por su destino
la llave del Occidente
y la que trazó el camino
para unir dos continentes..."
En el extremo Occidente
el gran Atlántico baña
un inmenso continente
descubierto por España..."


Hombre iletrado, pero con un don natural para componer poesías y letrillas. Su hijo Baldomero era el encargado de escribírselas. Además de hacer numerosas letras para nuestro Carnaval, participó también con su poesía en la revista "La Traca", de Isla Cristina.





Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva - 1989 / A.J. Martínez Navarro

lunes, 22 de diciembre de 2008

EL BOMBA


José Ramos Martín, "El Bomba", nació en Bonares en 1873, aunque desde tierna edad vivió siempre en Huelva, inicialmente en la calle de La Joya, actualmente Fray Juan Pérez, en una cueva hoy desaparecida, ensayaba su grupo levantando siempre un gran interés en la zona.

Posteriormente vivió en el popular barrio La Guita, y trabajaba en la Junta de Obras del Puerto.

Hombre de buen entendimiento, observador, ingenioso y risueño. Vivía pensando siempre en el Carnaval.

El sobrenombre le vino por su hermano Sebastián,que al parecer no era muy fino en sus modales. Su aparición en le bar "La Parra Grande", o en la taberna "Jartaté", ubicado en la Plaza Quintero Báez, (La Palmera), y calle San Andrés, respectivamente, era saludado con jubilo por lo numerosos amigos que lo idolatraban por su bondad y simpatía.

Como carnavalero salió en numerosos grupos entre los que podemos citar, "Los Radicales", "Los Vagos", "Los Segadores portugueses", "Los Cocineros", "Los Aviadores"...

El Bomba falleció en Huelva el 3 de Enero de 1963.





Fuente: Aquellos incomparables Carnavales de Huelva -1989 / A.J. Martínez Navarro

domingo, 21 de diciembre de 2008

MINGORANCE

Claudio González Domínguez, “Mingorance”, nació en Huelva en el año 1890 y falleció en la misma ciudad en 1981.

Siempre decía que había tenido la fortuna de vivir siempre en ella, lo que nos dice el enorme cariño que por ella sentía. Su residencia la tenia en la barriada del Pozo Dulce, muy cerca del Polvorín.

El apodo de “Mingorance” le vino, al parecer, de la siguiente forma: Una vez actuó en un concurso carnavalero la comparsa “Los Mingorance”, de 1911, que ejecutaban una difícil danza. Le dijo al propietario del local; ¡Déjeme subir al escenario que este baile lo hago yo!. En efecto, lo realizó de forma tan impecable que a partir de aquel momento fue conocido por “Mingorance”.

Trabajaba de acarreador en la Pescadería y tenía amistad con la totalidad de la pléyade carnavalera de la ciudad: “El Chocolate”, “Macao”, “El Camarón”, Garrido, “El Cartayero”, Pepe el sevillano que a dúo bailaba con el…

Amigo de Pepe y Fernando Vázquez, hermanos y remitentes de pescado, estos le proporcionaban todo lo necesario para sus actividades carnavaleras, trajes, sombreros, calzados, etc. Mingorance salía con zapatos blancos, pantalón negro, chaquetilla blanca y chistera negra.

No solamente participa en el carnaval, sino que en Nochebuena, ante las peticiones que le hacían, su comparsa actuaba en casas particulares adineradas como la del médico Agustín Domínguez; la del Sr. Belda, en la calle Vázquez López; la de Fernándo Vázquez…

Era un excelente letrista. Dejó de legado artístico esa letra, verdadero himno de nuestro Carnaval: “La punta el sebo levanta….”, según unos, otros afirman que es obra de “El Bomba”, algunos que lo hicieron ambos, al unísono. Particularmente creo que hay que atribuírsela a Mingorance.

La composición en sí, pertenece a la Comparsa de Mingorance de 1930, “Los viudos alegres”, gallardísima creación que cualquier onubense, se sabe de memoria y que comenzaba en su origen:

Huelva tu tienes que encontrarte siempre orgullosa,
por ser de las capitales la más hermosa,
lo lleva escrito….

Y que por deformación popular se cantó de la siguiente guisa:

Huelva, te saludamos, te lo mereces,
por el corazón tan noble del onubense,
lo tiene escrito España en el…

Y por la misma deformación hoy en día se conoce así:

Huelva, te saludamos, te lo mereces,
por ser la patria hermosa del onubense,
lo lleva escrito España en el mapa mundial
y los viudos alegres
ahora lo vamos a demostrar.

La Punta el Sebo levanta un monumento a Colón
dándole honra al marino
que con grandes riesgos
los mares cruzó.
El descubrió el Nuevo Mundo
y ahora veréis como fue,
con las alhajas empeñadas
de aquella reina Santa Isabel

Mandó, mandó
que tres naves construyeran
que fue, que fue
que fueron las carabelas
De “to”, de “to”,
de “to” el mundo conocidas,
que fueron la Pinta y la Niña
y la famosa Santa María.



El pasodoble vio la luz un año después de la inauguración del Monumento a la Fé Descubridora que se emplaza en la Punta El Sebo de la capital onubense, obra de la escultora estadounidense Miss Whitney, y que fue un regalo del gobierno de los Estados Unidos a la Ciudad de Huelva aprovechando la celebración de la Exposición Mundial de 1929 de Sevilla.

La última autoría conocida de Mingorance, es la murga "Los Pilotos Marinos", que sacó con "Macao" en 1936.

Fuente: Aquellos incomparables carnavales de Huelva (1989) / A.J. Martínez Navarro

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